Teresa Guzman Carmona es la ganadora del XIX premio de poesía de Piedabuena 2017, con el poemario "Todas la ventanas dan al cielo". Nicolás del Hierro 2017
Luisa Carnés, la escritora que no salía en la fotografía de la Generación del 27
Hoja de Lata, una pequeña editorial radicada en Gijón, recupera la obra de una de las autoras más olvidadas de la historia reciente de nuestra literatura
La escritora Luisa Carnés - ABC
Si les pido que enumeren a algunos de los integrantes de la Generación del 27, es probable que se les vengan a la cabeza ciertos nombres, la mayoría masculinos: Pedro Salinas, Vicente Aleixandre, Jorge Guillén, Federico García Lorca, Rafael Alberti, Luis Cernuda… Si acaso, y gracias a la labor de la cineasta Tània Balló, recordarán, además, a las integrantes del conocido como grupo de «Las sinsombrero»: María Teresa León, Rosa Chacel, María Zambrano, Ernestina de Champourcín, Concha Méndez, Josefina de la Torre… Pero si les menciono a Luisa Carnés, ¿les suena? Seguramente no. Y, sin embargo, se trata de una de las grandes autoras de aquella corriente que marcó, para siempre, la historia más reciente de la literatura española. Afortunadamente, su olvido está siendo reparado, en parte, por Hoja de Lata, una pequeña editorial independiente con sede en Gijón. Fundada hace ahora cuatro años por Daniel Álvarez Prendes, un librero que decidió capitalizar así el paro cuando se quedó sin trabajo, Hoja de Lata publicó el año pasado «Tea Rooms. Mujeres obreras», una de las grandes novelas de Carnés, y acaba de editar «Trece cuentos» (1931-1936), una aproximación a la narrativa breve de la autora que incluye cuatro relatos hasta ahora inéditos. Esta última obra cobra aún mayor valor si tenemos en cuenta que los cuentos fue lo único que la escritora llevaba consigo cuando tuvo que partir al exilio con lo puesto. «El volumen que ahora publicamos tiene el valor literario de pertenecer a la misma pluma que “Tea Rooms”, pero también el valor humano de representar lo que la propia autora quiso salvar de la debacle: relatos mecanografiados y corregidos por ella misma», asegura Álvarez Prendes. Cuando Luisa Carnés cruzó la frontera francesa por La Junquera, en 1939, sólo se llevó una cartera de piel -reproducida en estas páginas- que contenía los originales de su narrativa breve y que su familia encontró intacta, cuarenta años después.
La cartera de piel que Luisa Carnés llevaba cuando partió al exilio- ÁLEX PUYOL Pero, ¿cómo llegaron los editores de Hoja de Lata a esta «mujer fuerte y libre, preocupada por poner su obra al servicio de su mundo»? Lo hicieron a través de David Becerra Mayor, profesor de Literatura en la Universidad de Lieja (Bélgica) y autor de «La Guerra Civil como moda literaria», publicado hace un par de años por Clave Intelectual. «Coincidimos con él en una presentación en Barcelona y nos dijo que estaba entusiasmado con “Tea Rooms”», recuerda Álvarez Prendes. Poco después, se hicieron con la edición facsímil de la obra, limitada y numerada, que la Asociación de Libreros de Lance publicó en 2014 gracias, sobre todo, al empeño del profesor Antonio Plaza, uno de los que más ha hecho por recuperar la figura y la obra de Luisa Carnés.
Una recuperación emocionante
«Alucinamos con lo que contaba y cómo lo contaba y quisimos que estuviera presente, el año pasado, en la Feria del Libro de Madrid», recuerda el editor. El propio Plaza les puso en contacto con la familia de Carnés, cuyo único hijo aún vive, y la edición de «Tea Rooms» de Hoja de Plata estuvo lista en mayo de 2016. «Tenemos una relación muy chula, cibernética epistolar, con su hijo. El proyecto de recuperación está siendo muy emocionante, tanto para la familia como para los editores, los lectores y los estudiosos», asegura Álvarez Prendes.
Cubierta de «Tea Rooms»Aunque Luisa Carnés escribió «Tea Rooms» en 1932 y la publicó en 1934, el editor de Hoja de Lata destaca la «preocupante vigencia que tienen sus planteamientos». Se trata de una novela, de marcado carácter social, en la que su autora se sirvió de sus experiencias como camarera en un salón de té en el Madrid de la época. «Muchas de las personas que nos hacen llegar comentarios son chicas jóvenes, “sinsombreros” del siglo XXI», confiesa Álvarez Prendes. Es el caso de la escritora María Folguera, que hace apenas unos días explicaba a ABC cómo le impresionó la lectura de «Tea Rooms», a la que emparentaba, directamente, con «La colmena».
Origen humilde
Y es que Carnés sabía de lo que hablaba, y por ello lo escribía. Nacida en 1905 en el seno de una familia humilde y obrera en el madrileño barrio de Las Letras, a los once años empezó a trabajar en un taller de sombrerería. Una «Sinsombrero» que comenzó a ganarse el pan, tan escaso en aquellos días, en una tienda de sombreros… Paradojas de una vida que, pese a los apuros económicos, Carnés dedicó en cuerpo, pero sobre todo en alma, a la escritura. «A los once años aprendí un oficio. Entonces, quizás, surgieron en mí las inquietudes, que aún no me han abandonado, las preguntas a las que todavía no he hallado contestación. ¿Por qué las mujeres se odian entre sí tan terriblemente?», aseguraba, en una entrevista publicada en la revista«Crónica» en marzo de 1930. En esas mismas páginas confiesa que en 1923 cogió «la pluma por primera vez para hacer un cuento» y que, como no se podía «gastar un duro en un libro», se alimentaba «espiritualmente con los folletones publicados en los periódicos y con las novelas baratas» y así fue ascendiendo «hasta Cervantes, Dostoievski, Tolstói...».
Cubierta de «Trece cuentos»En 1928, Luisa Carnés publicó su primera novela, «Peregrinos del calvario», a la que siguió «Natacha» (1930), ambientada en un taller textil en el que trabajó durante un tiempo. El año de la aparición de esta última obra coincide con su entrada, como taquimecanógrafa, en la editorial Compañía Iberoamericana de Publicaciones (CIAP), donde conoció al dibujante Ramón Puyol, que poco después se convertiría en su marido. Al estallar la Guerra Civil, Carnés se centró en su labor como periodista militante hasta que, acabada la contienda y con la derrota del bando republicano, se exilió en México (se salvó de terminar en un campo de refugiados en Francia gracias a una petición del Gobierno de Lázaro Cárdenas), donde siguió escribiendo hasta su muerte, en 1964, víctima de un accidente de tráfico.
Inclusión en el canon
Pese a que la semana pasada, un gran sello se puso en contacto con Hoja de Lata para incluir a Luisa Carnés en un libro sobre literatura española escrita por mujeres, el objetivo de los editores es «que pase a formar parte del canon, como autora fundamental de la novela social de la preguerra». Si bien Álvarez Prendes considera que su olvido se debe al «hecho de que era mujer y una de las perdedoras de la guerra», la escritora Marta Sanz añade otras razones, como «una militancia comunista que durante mucho tiempo se ha considerado torticeramente incompatible con la posibilidad de tener un estilo o una “calidad” literaria, y el hecho de escribir ciertos textos muy arriesgados, genéricamente inclasificables, híbridos, como es el caso de la novela-reportaje “Tea Rooms”, cuajada, por otro lado, de fragmentos líricos.
Elena Medel: «Su voz es la voz firme de una trabajadora, de una mujer de familia muy humilde y clase baja, obrera, que habla en primera persona»
En este sentido, la poeta y editora Elena Medel, que con el proyecto «Cien de cien» está recuperando a las autoras silenciadas de nuestra historia, considera que «en la mirada de Luisa Carnés» hay «una diferencia» que a ella le interesa «mucho»: su clase social. «La voz de Carnés es la voz firme de una trabajadora, de una mujer de familia muy humilde y clase baja, obrera, que habla en primera persona sobre su experiencia. El núcleo “oficial”, en todos los sentidos, de la Generación del 27 lo integran autores de clase social acomodada, que han disfrutado del acceso tanto a la universidad como a la cultura. En el caso de Carnés o de Lucía Sánchez Saornil, por ejemplo, deben compaginar sus estudios, si lo consiguen, con el trabajo para mantener a su familia, y no acuden a ciertas reuniones de los intelectuales de la época por una razón muy sencilla: están trabajando. No aparecen en la fotografía, de manera literal. Su origen y su condición las expulsa». En cualquier caso, Medel considera que «este redescubrimiento de Carnés, y de otras compañeras de Generación, nos está permitiendo ubicarlas en un canon que las había marginado», aunque reconoce que «sería interesante» valorar su figura en la historia de la literatura española «dentro de cinco o diez años». De momento, el Ayuntamiento de Madrid tiene previsto instalar una placa en el número 35 de la calle Fernández de la Hoz, en el barrio de Chamberí, en honor de Luisa Carnés.
Luis Vidales fue un escritor oriundo de Colombia, que vivió entre los años 1900 y 1990. Su carrera literaria comenzó con un gran éxito, cuando publicó su libro titulado "Suenan timbres", el cual ubicó al poeta en una posición privilegiada dentro del marco de la lírica colombiana vanguardista de la época. Se relacionó con muchos intelectuales del mundo de las letras y de la política a través de los encuentros de la agrupación denominada Los Nuevos, de cuya fundación había participado. Aparte de su dedicación a la poesía, cultivó el oficio de periodista, colaborando con diversos periódicos e incluso alcanzando puestos directivos. Aprovechó su labor en este campo para criticar la batalla entre su país y Perú, lo cual fue muy mal visto por algunos grupos nacionalistas, que llegaron a destruir el edificio de uno de los diarios para los que trabajaba. La docencia fue otra disciplina que le interesó especialmente, y entre sus cargos se cuenta una cátedra de Historia del Arte y Estética. Además de su obra cumbre, mencionada anteriormente, Vidales fue autor de los títulos "La insurrección desplomada", "La obreríada" y "El libro de los fantasmas". Para conocer su poesía, presentamos una completa selección, donde por ejemplo se encuentra el poema "La música".
(Seudónimo de Miguel Ángel Osorio Benítez; Santa Rosa de Osos (Antioquia (Colomia), 1883 - México, 1942) Poeta y periodista colombiano polémico e influyente, cuya obra suele clasificarse dentro de un modernismo ecléctico. En su primera juventud fue un sencillo maestro de escuela rural en Antioquia, donde fundó la campesina Escuela de la Iniciación. A los 23 años, habiéndose trasladado de Antioquia a Barranquilla, comenzó a publicar sus primeros poemas, entre ellos la Parábola del retorno, muy conocida en Colombia. Después, con algunos amigos trovadores colombianos, se trasladó a México.
Porfirio Barba Jacob
Comienza así una vida de incesante recorrido por varios países de América, siempre alternando su tarea de periodista con su vocación de poeta. Establecido en Monterrey, fundó en esa ciudad la Revista "Contemporánea" y fue jefe de redacción del periódico "El Espectador". Por sus ataques al régimen porfirista pasó seis meses en la cárcel, de la cual fue sacado por los revolucionarios. Posteriormente colaboró en México capital con El imparcial y El independiente, así como en la revista El Porvenir. De México se vio obligado a huir al publicar el reportaje periodístico titulado "El combate de la ciudadela narrado por un extranjero", que relata los sucesos que siguieron al asesinato del ex presidente Francisco Madero.
Pasó entonces a Guatemala en 1914, donde dejó honda huella literaria. Ese año su amigo el poeta y cuentista guatemalteco Rafael Arévalo escribió su mejor cuento, titulado El hombre que parecía un caballo, relato que se refiere a Barba-Jacob y que, al mismo tiempo que dio notoriedad al autor, señaló el inicio del forjamiento de la leyenda del poeta colombiano. También de Guatemala tuvo que huir, dejando a medio publicar su obra Tierras de Canaán.
En 1915 viaja por segunda vez a Cuba (ya había visitado la isla en su primer viaje hacia México), donde compone sus poemas Canción innominada, Elegía de septiembre, Lamentación de octubre, Soberbia y Canción de la vida profunda, que es su poema más célebre. Tras pasar algunos meses en Nueva York, se trasladó a Honduras, donde fundó el diario Ideas y Noticias en un pueblito del norte, La Ceiba. De Honduras pasó a El Salvador el 7 de junio de 1917, día en que ocurrió el terremoto que destruyó la ciudad. Porfirio Barba Jacob escribió como homenaje su folleto El terremoto de San Salvador, narración de un sobreviviente. Regresado a Monterrey, fundó el periódico El Porvenir, que llegaría a convertirse en un gran diario del norte de México.
En 1920 se encontraba de nuevo en México capital, escribiendo crónicas espantosas y sensacionalistas, como la serie de cinco reportajes titulada Los fenómenos espíritas en el palacio de la Nunciatura. Los relatos se desarrollaban en el palacio que había sido destinado para residencia del Nuncio. El gobierno prohibió la entrada del representante papal, por lo cual el edificio quedó vacío y se convirtió más bien en sede de las orgías del poeta colombiano, quien, entre otros excesos y extravagancias, se dedicaba por aquel entonces al consumo y exaltación de la marihuana. En esta época escribió poemas como "El son del viento", "Balada de la loca alegría", "Canción de la soledad" y otros.
Durante el año 1921 dirigió la Biblioteca Pública del Estado de Jalisco, adonde fue a visitarlo el escritor español Ramón del Valle Inclán. Tuvo que dejar ese cargo debido a sus escándalos. El año siguiente fue expulsado igualmente de México a causa de las diatribas lanzadas contra el gobierno de turno. Volvió de nuevo a Guatemala, y logró hacer del periódico El Imparcial el más importante de toda Centroamérica. Viéndose expulsado de este país y luego también de El Salvador, se disfrazó de cura y se dedicó a la predicación a lo largo de las plantaciones bananeras de Honduras.
En 1925 regresó por tercera vez a Cuba, donde simpatizó con los fundadores del partido comunista, pero un año más tarde estaba dirigiendo el periódico La Prensa de Lima. Caído en desgracia ante el gobierno de Perú, después de vagar largo tiempo en ambientes de miseria, el embajador de Colombia lo repatrió a su país. Habían transcurrido 20 años desde su salida. Durante tres años recorrió diversos pueblos y ciudades de Colombia dando recitales de sus poemas. También se desempeñó como jefe de redacción de El Espectador de Bogotá. Más tarde viajó de nuevo a Cuba, donde se encontró con el poeta español Federico García Lorca.
Finalmente, en 1930 se le abrieron de nuevo las puertas de México, y allí publicó durante varios años, en el periódico Excélsior, su columna "Perifonemas", en una prosa magistral, no igualada por ningún otro periodista contemporáneo de América. Lastimosamente, sus artículos no han sido recogidos en un volumen. Por otra parte, el propio Barba Jacob no estimaba mucho su producción, dado que entendía su profesión de periodista como una mera forma de ganarse la vida. Nunca se preocupó de publicar sus propios versos, pues jamás se sentía satisfecho con sus escritos, sino que los pulía continuamente, pero sus poemas aparecieron en las más prestigiosas revistas del continente.
Todavía en vida del poeta, sus amigos le publicaron tres recopilaciones: Rosas negras (1932, en Guatemala), Canciones y elegías (1933, en México) y La canción de la vida profunda y otros poemas (1937, en Manizales). Una cuarta recopilación fue publicada póstumamente en una imprenta oficial, con el título Poemas intemporales (1944). Murió en Ciudad de México consumido por la marihuana, el alcohol, la tuberculosis y la miseria.
El conjunto de su obra muestra un estilo modernista anacrónico, lleno de palabras altisonantes, pero con un ritmo emocionado, angustioso, sincero y pasional. Influido por Baudelaire, tiene más vida interior que imaginación, y temperamento más romántico que modernista; se acerca unas veces a la belleza formal de Rubén Darío, a la delicadeza de Amado Nervo, al vigor de Santos Chocano y al sentido trágico de José Asunción Silva, en una agitación lírica menos irregular que su vida misma; fue indudablemente un gran poeta.
José Asunción Silva (Bogotá, 27 de noviembre de 1865 - Ib., 23 de mayo de 1896) fue un poeta colombiano modernista. Se considera que su obra de mayor relevancia es ¨El libro de versos¨.1 Fue uno de los más importantes precursores del modernismo, y según otro sector de la crítica, uno de los más importantes escritores de la primera generación de modernistas. Se suicidó a sus 31 años dándose un tiro en el corazón con un revólver Smith & Wesson, y se cuenta que se encontró el libro D'Annunzio, El Triunfo de la muerte, a la cabecera de su lecho.2 Su suicidio sería debido a su escasez de dinero, entre otras varias causas detalladas por expertos y conocidos suyos y del medio social bogotano de la época.3 Una carta del escritor Emilio Cuervo Márquez describe cómo él, de primera mano, constata que Silva gastó sus últimos centavos en la compra de un ramo de flores para su hermana, con un cheque girado el mismo día que se quitó la vida.3
José Asunción Silva
José Asunción Silva fue uno de los primeros oetas en impulsar el Modernismo; nació en Bogotá, Colombia, en el año 1865 y se quitó la vida 30 años más tarde. Se crió en el seno de una familia aristocrática y su padre era considerado un talentoso escritor; esto le proporcionó acceso a infinidad de libros y le abrió las puertas al mundo de las letras desde muy pequeño. Su formación académica también fue privilegiada, aunque dadas las enseñanzas que recibía en su casa, colmadas de imposiciones relacionadas con la elegancia y las buenas costumbres, su personalidad se caracterizó por la introversión y se dice que prefería la lectura al contacto con otros estudian niño, y esta serie de sucesos funestos ciertamente lo marcaron. Por otro lado, debió encargarse del negocio familiar siendo muy joven, lo cual tuvo como repercusión positiva el crecimiento que le aportaron los viajes al extranjero, en especial a Francia. Una porción considerable de su obra se perdió en el mar, pero han trascendido un centenar y medio de poesías, tales como "Las voces silenciosas" y Enfermedades de la niñez", y su novela "De sobremesa", entre otros escritos dispersos.
Las cosas viejas, tristes, desteñidas, sin voz y sin color, saben secretos de las épocas muertas, de las vidas que ya nadie conserva en la memoria, y a veces a los hombres, cuando inquietos las miran y las palpan, con extrañas voces de agonizante dicen, paso, casi al oído, alguna rara historia que tiene oscuridad de telarañas, són de laúd, y suavidad de raso. ¡Colores de anticuada miniatura, hoy, de algún mueble en el cajón, dormida; cincelado puñal; carta borrosa, tabla en que se deshace la pintura por el tiempo y el polvo ennegrecida; histórico blasón, donde se pierde la divisa latina, presuntuosa, medio borrada por el liquen verde; misales de las viejas sacristías; de otros siglos fantásticos espejos que en el azogue de las lunas frías guardáis de lo pasado los reflejos; arca, en un tiempo de ducados llena, crucifijo que tanto moribundo, humedeció con lágrimas de pena y besó con amor grave y profundo; negro sillón de Córdoba; alacena que guardaba un tesoro peregrino y donde anida la polilla sola; sortija que adornaste el dedo fino de algún hidalgo de espadín y gola; mayúsculas del viejo pergamino; batista tenue que a vainilla hueles; seda que te deshaces en la trama confusa de los ricos brocateles; arpa olvidada que al sonar, te quejas; barrotes que formáis un monograma incomprensible en las antiguas rejas, el vulgo os huye, el soñador os ama y en vuestra muda sociedad reclama las confidencias de las cosas viejas! El pasado perfuma los ensueños con esencias fantásticas y añejas y nos lleva a lugares halagüeños en épocas distantes y mejores, por eso a los poetas soñadores, les son dulces, gratísimas y caras, las crónicas, historias y consejas, las formas, los estilos, los colores las sugestiones místicas y raras y los perfumes de las cosas viejas!
Con el fin de estimular la creación poética emergente y descubrir nuevos valores convocamos un Premio de poesía en los siguientes términos:
Dirigido a todo el público mayor de edad.
Recepción de originales: De marzo a junio.
BASES GENERALES:
Podrán participar en este concurso todas las personas mayores de edad que así lo deseen.
El Jurado estará constituido por personas de reconocido prestigio en el ámbito de la poesía y presidido por los coordinadores del Proyecto Atalaya Facultad de Poesía José Ángel Valente. Su fallo será inapelable.
El premio será la edición de la obra ganadora en la Editorial de la Universidad de Almería.
El fallo del tendrá lugar en noviembre en la Casa del Poeta José Ángel Valente.
Las obras se enviarán por correo electrónico a valente@ual.es en dos archivos, uno cuyo nombre sea el título de la obra y otro cuyo nombre sea el título de la obra más plica. Último día de envío el 30 de junio.
REQUISITOS:
1.- Cada concursante podrá presentar una obra única, de tema y estructura libres, escrita en lengua castellana, inédita y no galardonada con anterioridad en otros certámenes.
2.- La extensión del libro estará comprendida entre 250 y 400 versos. En cuanto a poemas en prosa, la extensión no sobrepasará las 50 páginas (DIN A4, tamaño 12, a 1,5 espacios).
3.- Las obras se presentarán en un archivo de word o pdf y en otro archivo se aportará la siguiente documentación, imprescindible para optar a este concurso: nombre y apellidos del autor, fotocopia del DNI, breve nota biográfica, dirección, correo y teléfono de contacto
Adam Zagajewski (Lwów, actualmente en Ucrania, 21 de junio de 1945 - ), poeta, novelista y ensayistapolaco. Es un miembro conocido de la Generación del 68 en su país y uno de los más famosos poetas contemporáneos del mismo.
Su padre fue Tadeusz Zagajewski y su madre Ludwika Zagajewska, nacida Turska. Como otros repatriados polacos de las Kresy anejas a la Unión Soviética, su familia fue expulsada por los ucranianos y se instaló en 1946, tras la Segunda guerra mundial, en Gliwice (Silesia), donde hizo sus estudios secundarios. Se inscribió después en la Universidad Jagellónica de Cracovia, donde hizo estudios superiores de psicología y de filosofía. Más tarde enseñó filosofía en la Academia Górniczo-Hutnicza (AGH) de la Universidad de Ciencia y Tecnología. Se ligó entonces al movimiento poético de la Nowa fala ("Nueva ola") en la ciudad y perteneció a su grupo literario polaco Teraz (Ahora), dando a conocer en revistas sus primeros poemas: en 1967 hizo su debut con el poema "Música", publicado en la revista Życie Literackie. Luego fue publicando regularmente en las revistas Odra (1969–1976) y Twórczość (1969, 1971–1973). En 1972 publicó su primer poemario, Komunikat, al que siguió la novela Cieplo zimno ("Caliente y frío"). Difundía además sus ideas en la revista clandestina Zapis, uno de los principales medios de la oposición democrática polaca. Publicó después Sklepy miesne ("Carnicerías"). El objetivo de este grupo de la generación del 68, formado por autores decididos a comprometerse políticamente en sus obras como Julian Kornhauser, Kipska, Ryszard Krynicki o Stanisław Baranczak, era "alzarse contra las falsificaciones de la realidad y la apropiación del lenguaje por parte de la ideología y la propaganda comunista". Dos de los principales lemas de este grupo eran Powiedz prawde ("Di la verdad") y Mow wprost ("Habla claro"). En Cracovia frecuentó a personajes como el escritor Stanislaw Lem y el filósofo Roman Ingarden, y creó varias revistas. También ejerció como traductor (Raymond Aron, Mircea Eliade).
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Adam Zagajewski es ya un clásico contemporáneo. Pocos escritores poseen su lúcida inteligencia y su capacidad de observación con tal economía de estilo. En este nuevo libro nos propone una vez más el encuentro luminoso entre la vida diaria y el arte. Envuelto en el magnetismo que ejercen dos ríos franceses, el Garona, en el oeste, y el Ródano, en el este, el poeta evoca, a lo largo de sus cauces, sus amores, sus viajes, los sonidos de la infancia transmutados, casi milagrosamente, en una epifanía.
Comentarios de la prensa
“De nuevo Adam Zagajewski consigue conferir presencia a lo que a la presencia escapa, hacer cercano lo lejano dando configuración y ritmo a una lengua de lo inalcanzable, observado en el tiempo y el espacio en que se instala. Estos poemas, como siempre admirablemente traducidos por Xavier Farré, se adentran en lo que huye y se esconde en el interior de lo cotidiano, en lo invisible e indivisible de los días. Un libro que tiende un puente entre la existencia diaria y la memoria, entre lo mundano y lo misterioso, lo cotidiano y lo trascendente en un lenguaje depurado y sencillo, conversacional pero eficaz en su naturalidad, gracias a la sorprendente y acechante cercanía material y terrena de sus imágenes y comparaciones”. Antonio Ortega, El País “Adam Zagajewski es un poeta polaco, menuda estirpe de poesía extraordinaria, que hoy representa una de las voces más conmovedoras, cultas y poderosas de la galaxia poética internacional. Sí, es un galáctico, pero éste de las palabras. Que se rompan los bobalicones tópicos sobre la poesía. La de Zagajewski en este libro es clara como el agua clara, directa, sin lenguajes herméticos. Es una poesía que habla de lo esencial, el paso del tiempo, los templos familiares, los paisajes de la infancia, los jardines del ensueño, una epifanía constante de sonidos y sensibilidades, de nombres y de sombras, que llega a cualquiera que sienta el paso de la vida como efervescencia natural e imposible”. Fernando R. Lafuente, ABC “Nos contagia una música y luminosidad que caracterizan la singular voz de Zagajewski. La memoria y el presente, los vivos y los ausentes, lo visible y lo invisible: la poética de la imperfección de la vida como el principal tema de todo lo que escribe. Además, por la sinceridad con la que el poeta se acerca a las circunstancias de la vida, nos sentimos involucrados”. Tamara Djermanovic, La Vanguardia “Zagajewski vuelve sobre un territorio que es el suyo, pero que no puede definirse como el de la elegía porque, aun estando muy próximo a ella, la roza y la bordea, aunque sin llegarla a penetrar. No se trata de un libro solo de nostalgias, sino de momentos de penetrante alegría, a los que se accede no solo en las aguas oscuras y el abismo: también -y sobre todo- en el resplandor en que los percibimos y la claridad con que aparecen”. Jaime Siles, ABC “Una serie de poemas de factura narrativa sin farfolla donde su voz destaca por partir de percepciones concretas o recuerdos precisos (a menudo artísticos) y los recrea líricamente. La belleza no está en la rebelión sino en el espacio de reflexión espiritual que es la poesía”. Anna Carreras, La Vanguardia “Escribe con un escalpelo. Porque la hondura humana, hasta testimonial, de sus textos llega a través de un laconismo tan frío y despojado que desgarra”. Matías Néspolo, El Mundo “Magnífico. Hay un tono general melancólico y mágico”. Arturo Tendero, La Verdad “Su última maravilla es Mano invisible”. Adolfo García Ortega, El Norte de Castilla “Podemos encontrar todos los elementos que conforman el universo Zagajewski. Lean Mano invisible”. Josep Maria de Sagarra, El Punt Avui “Bucea en los vínculos entre la cotidianidad y el arte, la soledad y los viajes, la vida urbana y la naturaleza. Poesía de gran precisión, elegante, concisa”. Vicente Valero, Diario de Ibiza “Como en sus mejores textos, se nos traslada aquí a una cotidianidad de doble rasero, a unas Lvov, Cracovia y París en las que se cuela, entre lo más anecdótico, el sentir y el recordar individual y colectivo. El Zagajewski de Mano invisible mira el siglo XX, de nuevo, con elegancia”. Sergi Garcia, Guía del Ocio “Estamos ante un libro memorable, ante unos poemas que nos devuelven la finitud perdida de los instantes, uno de esos libros que nos devuelve la fe en la poesía y una obra que sobresale, sin duda alguna, con brillantez, delicadeza y humor, y consolida a Adam Zagajewski como uno de los pocos poetas que se erigen y se mantienen en la cumbre de la poesía actual. Esto sí que es poesía, y con mayúsculas”. Hasier Larretxea, Koult “Un libro denso y poderoso, en el que la nostalgia del ayer –sus padres, su tierra, sus memorias de toda índole– se adueña del corazón versal, sin caer nunca en lo blando y vacuo”. C.M., Piedra del Molino ...........................
Autorretrato
Entre ordenador, lápiz y máquina de escribir se me pasa la mitad del día. Algún día se convertirá en medio siglo. Vivo en ciudades ajenas y a veces converso con gente ajena sobre cosas que me son ajenas. Escucho mucha música: Bach, Mahler, Chopin, Shostakovich. En la música encuentro la fuerza, la debilidad y el dolor, los tres elementos. El cuarto no tiene nombre. Leo a poetas vivos y muertos, aprendo de ellos tenacidad, fe y orgullo. Intento comprender a los grandes filósofos -la mayoría de las veces consigo captar tan sólo jirones de sus valiosos pensamientos. Me gusta dar largos paseos por las calles de París y mirar a mis prójimos, animados por la envidia, la ira o el deseo; observar la moneda de plata que pasa de mano en mano y lentamente pierde su forma redonda (se borra el perfil del emperador). A mi lado crecen árboles que no expresan nada, salvo su verde perfección indiferente. Aves negras caminan por los campos siempre esperando algo, pacientes como viudas españolas. Ya no soy joven, mas sigue habiendo gente mayor que yo. Me gusta el sueño profundo, cuando no estoy, y correr en bici por caminos rurales, cuando álamos y casas se difuminan como nubes con el buen tiempo. A veces me dicen algo los cuadros en los museos y la ironía se esfuma de repente. Me encanta contemplar el rostro de mi mujer. Cada semana, el domingo, llamo a mi padre. Cada dos semanas me reúno con mis amigos, de esta forma seguimos siendo fieles. Mi país se liberó de un mal. Quisiera que le siguiera aún otra liberación. ¿Puedo aportar algo para ello? No lo sé. No soy hijo de la mar, como escribió sobre sí mismo Antonio Machado, sino del aire, la menta y el violonchelo, y no todos los caminos del alto mundo se cruzan con los senderos de la vida que, de momento, a mí me pertenece.
Buenas tardes a todos. Gracias Consuelo por lo que has dicho de mí, pero creo que el ser amiga mía te excedes en elogios hacia mi persona. Han hablado de Pepe Azorín, pero ya que está aquí, y si no te importa, quiero hacerle una pregunta.
Pepe tú sabes que yo admiro mucho tu obra pictórica y escultórica. Tienes algo muy importante en un pintor-artista, que es el ESTILO PERSONAL. Pepe Díaz Azorín en hoy día el número uno de los artistas alicantinos, no es que yo lo diga gratuitamente es que lo avala sus trayectoria, sus obras, su currículum, se licenció en Bellas Artes por la Facultad de Bellas Artes de San Carlos de Valencia. Fue catedrático de dibujo en Elche, y en Alicante. Tiene obra en casi todas los museos del mundo, ha expuesto en Nueva York en la Fundación Lladró, Francia, Suiza Italia, Argentina….., En España Madrid, Barcelona, Bilbao, Valencia, y Alicante ya ni decirlo…. no sé en cuantos cientos de exposiciones individuales y colectiva. Estuviste pintando en 1976, en los murales del barrio de san Isidro de Orihuela, su famosa paloma de 12 metros, y que yo te vi repintar o repasar en 2010, que estuve contigo me acuerdo que estaba con nosotros Lucía Izquierdo ayudándote con la brocha. Y en 1992 fuiste comisario en la exposición colectiva de 50 X 50 dedicada a Miguel Hernández. Pero como no podemos estar contigo hasta las diez de la mañana. Te pregunto, ¿por qué pintas manos y músculos, cuando es lo más difícil que hay en el dibujo, y que técnica usas, cera, carboncillo, lápices, pastel…? Aquí tienes un regalo de un catálogo mío, y perdona mi atrevimiento.
Bien, pues volviendo al tema del libro de Mª Consuelo Franco, que para esto estamos aquí. He de decir en principio, como ya le dije los otros días que ella, es “PARNASIANA”. Y si yo le digo a aun amiga poeta que es una parnasiana tengo que explicar por qué se lo digo. Y ahora os lo explico.
Autora de una decena de poemarios como: Dolor de un alma Blanca. Espinas de viento poético. Biografía lírica de una libertad cautiva a Miguel Hernández. Biografía lírica de un mártir, a Federico García Lorcadel que yo te hice el prólogo, y ahora Antonio Machado, un poeta exiliado.Y no si tienes más libros, amén de tus colaboraciones con “Hablan los poetas” de Espejo de Alicante del que eres socia, así como otras colaboraciones llamémosle X.
Esto calificativo de PARNASIANA, se refiera que ella está entre los poetas de parnaso alicantino. Y ¿qué es esto del parnaso alicantinos?, pues simplemente que es el grupo de los buenos poetas alicantinos, entre los que se cuenta Consuelo, que no de los malos poetas o “poetastros”, como ya los calificó Miguel de cervantes en su poemario Viaje al Parnaso de 1614. Donde Cervantes junto a unos amigos poetas hacer un viaje alegórico al Monte Parnaso en Grecia, partieron desde Madrid, Cartagena, Génova, Roma, Nápoles (de sus amores) , estrecho de Mesina en Sicilia hasta entrar por el golfo de Patrás o Lepanto en Grecia, y llegar la Monte Parnaso de 2.450 metros de altitud para poder entrevistarse con el mismísimo dios Apolo, dios de la poesía, donde estaba el templo del dios Apolo (hijo de Zeus o Leto, y hermano gemelo de Artemisa), y este monte es la patria simbólica de los poetas, y donde estaba la fuente sagrada de la ninfa Castalia. La ninfa Castalia viéndose perseguida por Apolo se tiró de cabeza en la fuerte, y allí se quedó.
Allí estaba el Oráculo de Delfos, lugar donde se consultaba a los dioses, se llamaba Delfos porque estaba bajo la protección del dios Apolo Delfos, que deriva de delfín, porque Apolo se metamorfoseo en delfín apara atraerá a unos navegantes y convertirlos en sacerdotes del Templo, porque se ve que tenía falta de empleados sacerdotes. Ante, en Delfos, vivía un dragón, que llamaba Pitón, que lo mató Apolo, y de su sangre nacieron la sabias pitonisas, que también las tenía allí trabajando, porque iba mucha gente peregrina a consultar el Oráculo de Delfos, previo acto del sacrificio de cabra (la pitonisas y sacerdotes deberían tener el ácido úrico pro las nubes). Y los griegos que iban a consultar los dioses: sus viajes y su futuro, previo pago de una tasa, un óbolo, risas… Pues las pitonisas le decía el resultado de sus preguntas. También estaba las musas que inspiraba. Ellas eras las intermediarias, las médium, entre los dioses y el peregrino. Nunca se equivocaban en la predicción, pues ellos decían que si no acertaban era debido a que el oyente no se había enterado bien de las respuestas del dios.
Me gustaría hacer un apunte sobre Antonio Machado en el exilio.
La republica se trasladó de Madrid a Valencia, y a todos los intelectuales los montó en dos autobuses el 25 de noviembre de 1936, y se los llevó a Valencia, se instala con su madre Villa Rocafort cerca de Valencia, en un chalet facilitado por la Republica, colabora en Hora de España y en muchos periódicos más. Compone “El crimen fue en Granda” al fusilamiento de Federico García Lorca.
Se le vio, caminando entre fusiles
por una calle larga,
salir al campo frío,
aún con estrellas, de la madrugada.
Mataron a Federico
cuando la luz asomaba.
El pelotón de verdugos
no osó mirarle a la cara.
Todos cerraron los ojos;
rezaron: ¡ni Dios te salva!
Muerto cayó Federico
—sangre en la frente y plomo en las entrañas—.
... Que fue en Granada el crimen
sabed —¡pobre Granada!—, ¡en su Granada!...
En II Congreso Internacional en Defensa de la Cultura coincide con todos los intelectuales de la época y con Miguel Hernández, también estaba Juan Gil-Albert, José Bewrgamín, Manuel Altolaguire en la Ponencia Colectiva. Luego se incorporó María Zambrano que había venido desde Santiago de Chile, casa con el diplomático Alonso Rodróguez Aldave. Con forme se van acercando los sublevados, y se incrementan los bombardeos fascista a Valencia (La base de hidroaviones la tenían en Pollensa (Palma de Mallorca) todo el gobierno de la república se traslada a Barcelona, Machado estará unos 8 meses, primero en el Hotel Majectic, por la Rambla de Gracia, estuvo un mes como no le gustaba lo trasladan al palacete de Torre Castañer, a las afuera de Barcelona, un palacete que prácticamente en ruinas, desde que la república se lo incautó a la marquesa de Moragas, ya no tenía el esplendor de cuando estuvo el joven rey Alonso XIII, que estuvo alojado aquí en 1888, exposición universal de Barcelona, estuvo presidiendo la inauguración, tenía 2 añitos.
El 26 al 27 de enero de 1939, abandonan Barcelona para huir hacia la frontera de Francia, en un largo peregrinaje de inconvenientes, por la carreteras estaba colapsadas gente que huía, ya demás llovía en cantidad. Antonio tenía 63 años y su madre 84 años. Ella dijo que no se moriría antes que su hijo, porque casi siempre estuvo enfermo. Era su ojito derecho. De Cerberé, Gerona, Por Bou, llegan Colliure (Francia), se hospedan en el Hotel Quintana. En aquellos años, la gendarmería francesa hacia sacas o levas de españoles y los metían en campos de concentración, a los niños los separaban de sus padres. El problema era que en los bares y restaurante los franceses no querían pesetas de la República porque no valía nada, querían francos y ellos no tenían.
El miércoles 22 de febrero de 1939, Antonio Machado muere posiblemente de un infarto al corazón porque se asfixiaba mucho además de que no dejaba de fumar. Fue enterrado con una bandera de la Republica, y tres días después el 25 del mismo mes se murió su madre Ana Ruiz Hernández con 84 años. Manuel, el hermano falangista fu a ver las tumbas con su mujer Eulalia Cáceres. Francia «donde reposa tu adiós», dice Consuelo.
Recuerdo unos versos de “Retrato” de Machado:
Y cuando llegue el día del último viaje
y esté al partir la nave que nunca retornará
me encontrarán a bordo ligero de equipaje
casi desnudo, como los hijo de la mar.
Tu libro “Antonio Machado, un poeta exiliado” es una biografía lírica. Tiene portada de un retrato original de Antonio Machado por Azorín, qué más puedes pedir, como buscas lo mejor de lo mejor para tus libros. Prólogo de Rosa María Berlanga Benito, contraportada de Joan Pamies, que fue primer director de la Fundación Cultural Miguel Hernández, demuestra la sabiduría de quien sabe y ha leído mucha poesía. editado en ECU, todo un lujo y calidad de edición. He leído tu libro, como demuestras, una verz más, que eres un portento llena de sentimientos, que unido a tu magistral forma de declamar, el conjunto es perfecto… Habla Consuelo de tu libro, que sabes más que yo, que ya está bien me te escuchen. Una poeta rebosante de adjetivos, ideas, belleza y riqueza de sentimientos.
Consuelo finaliza el libro con los siguientes versos:
Un luciente poeta digno
en el relumbre estelar del infinito.
En definitiva, es un libro que yo os recomiendo comprar.
Tengo el honor de ser el autor del prólogo de este libro, pero no os lo voy a leer porque ya está impreso, y si a alguien le puede interesar que compre el libro o que lo olvide para siempre.
Yo os voy a contar cómo nace el libro de Consuelo Franco que tiene un título muy acertado LORCA. BIOGRAFIA LÍRICA DE UNA MÁRTIR, y además os voy a introducir en el periplo vital de Lorca, sus últimos días para demostraros que es uno de los primeros mártires de la guerra civil española.
En octubre de 2006 la revista PERITO, que yo dirigía, porque la revista desapareció con la crisis por falta apoyos y medios. La cuestión es que le pedimos a Consuelo un poema, y ella nos envió “Canto versado al poeta Federico García Lorca”, gustó mucho. Luego ella se animó y en unos meses escribió una veintena de poemas, poemas de inspiración, luego fue completando el libro con más poemas. Viendo que su trabajo merecía la pena, que era un trabajo original, puesto que nadie hasta entonces había poemado una biografía versada de Lorca, se va a Madrid y se entrevista con la sobrina Lorca y depositaria de los derechos de autor, y consigue autorización para publicar fotografías, asunto harto difícil sobre todo cuando no hay por medio pecunia, pero se ve que cuando la sobrina leyó los poemas le impresionaron, porque son poemas de inspiración y sentimientos, poemas transparentes.
Como Consuelo es una excelente relaciones públicas envió un borrar al alcalde de Fuente Vaqueros, pueblo de nacimiento de Lorca, y consiguió en principio una subvención, que se transformaría luego en compra de cientos de libros.Seguidamente con lo que había ganado con su último libro: “Biografía lírica de una libertad cautiva” (Miguel Hernández), se pone en manos de ECU, la mejor editorial alicantina, que dirige José Antonio López.He hecho, este fin de semana ha viajado a Fuente Vaqueros invitada por el alcalde en el acto de homenaje del 111 º aniversario de nacimiento de Federico, que nació el 5 de junio de 1898, y presentación de su libro Centro de Estudios García Lorca, todo una hazaña. Luego hablaremos de este viaje en una pequeña entrevista que le voy a hacer.
EL MARTIRIO DE LORCA
Para comprender con más emotividad esta biografía versada, es necesario hablar del periplo vital de Lorca, de su martirio. De esta forma comprenderemos con mayor emoción el libro de Consuelo.
Voy a responder a la pregunta: ¿Por qué Lorca es un mártir?
Brevemente os lo expongo.
En el mes de julio del 36 Lorca se encuentra en Madrid. Federico ya era muy famoso ganó mucho dinero con la venta de sus obras teatrales, autor de poemario como “Romancero gitano”, obras de teatro, representadas en Buenos Aires, en Madrid, en Barcelona, amigo de la actriz Margarita de Xírgu, y otras más como Lola Membrivre, Josefina Díaz Artega, La Argentinita...
El 12 de julio hace una lectura de “La casa de Bernarda Alba” (finalizado el 19 de juni), en casa del doctor Eusebio Oliver Pascual médico de su padre, asisten amigos poetas del 27 como Jorge Guillé, Dámaso Alonso, Pedro Salinas, Guillermo de Torre y Miguel Hernández (G-36).
El 13 de julio como en casa de su amigo “íntimo” Rafael Martínez Nadal, por la tarde le acompaña a la estación del Mediodía, y viaja en coche cama a Granada, en la mañana del 14 está en Granada, el día 18 de julio se iba a celebrar la onomástica de los dos federicos (padre e hijo). En la Huerta de san Vicente.
El 18 de julio se produce la sublevación militar de Franco y General Mola, Sevilla y Granada se suman a los rebeldes.La tarde 20 de julio se consuma la sublevación arrestan al gobernador militar que era Manuel Campins y el gobernador civil César Torres, y al alcalde de Granada Manuel Fernández-Montesinos, (8 días en el cargo), cuñado, casado con Concha García Lorca, hermana de Federico, que tenía tres hijos pequeños.
Gobernador civil será el comandante José Valdés Guzmán, odia a losrojos”,el gobernador militarcoronel Antonio González Espinosa, más moderado. Con estos elementos y bajo mandato del general Queipo de llano en Sevilla, empieza unaépoca de terror, detenciones y fusilamientos en las tapias del cementerio. Como se incrementan los bombardeos republicanos contra los rebeldes granadinos, éstos empiezan a hacer “sacas” de la cárcel o al azar de la calle para fusilarlos, como represalia a los bombardeos, fusilaban a unos treinta por cada bombardeo.
El 6 de agosto un escuadrón falangista al mando del capitán Manuel Rojas, hacen un registro en la Huerta de San Vicente,buscado una radio clandestina. Que no encuentra.Un amigo le recomienda a Federico que se pase a la zona republicana al pueblo de Santa Fez, se niega, puede poner en peligro la vida de su padre, ya demás su cuñado está encarcelado. No puede huir.
El9 de agosto llegan a la Huerta de San Vicente un doce de hombre, uno matones de Asquerosa (actual Villarrubio) y Pinos Puente, y los hermanos Miguel y Horario Roldán Quesada, que eran primos hermanos de Lorca (su tía paterna Isabel casada con José Roldán), buscaban al casero de la finca Gabriel Perea, acusado de un asesinato. Los Roldán tenían rencilla personales con la familia del padre. Le pegan y empujan por la escalera a Federico y le llaman “maricón”. Detienen a Gabriel Perea y le dice a Federico que desde eso momento se considera bajo arresto domiciliario. Sufre un miedo vital, sabe que estos tipos no van de farol, van a por él, dónde buscar refugio, la casa de Falla era un compromiso, nada mejor que encasa de la familia del también poeta Luis Rosales, en calle Angulo 1, falangistas (4 hermanos Luis, José, Antonio y Gabriel), donde vivía sus padres, Esperanza Camacho y Miguel Rosales, yla tía Luisa y la sirvienta Basilisa. Lo trasladas el 11 de agosto.
El 15 de agosto una escuadra de las llamadas “negras”, nombre lo dice todo, acude otra vez a la Huerta de San Vicente con una orden de detención contra Federico, pero ya no estaba, les amenazan con llevarse al padre si no le dicen donde se oculta Federico, y es cuando ya Concha, no puede más, porque tiene a su marido en la cárcel y tres hijos pequeños (Tica, Manolo y Concha). Y les dice que Federico está refugiado en casa de los amigos Rosales.
El 16 de agosto, fusilan al cuñado ManuelFernández-Montesinos, en el cementerio. Por la tarde detienen a Lorca en casa de los Rosales,al frente de un escuadrón de policía y guardia civil está el ex-diputado de la CEDA Ramón Ruiz Alonso, “el obrero amaestrado”, también está Juan Luis Trescantos, rico terrateniente, propietario del coche donde se llevan a Lorca.
Le llevan al Gobierno Civil para interrogarle, seguramente le tortura para que firma una declaración. Los tres hermanos Rosales, falangistas, acuden al rescate de Lorca, se la están jugando por ocultar a un “rojo”. Valdés les dice que no le puede soltar, hasta que no se investigue la denuncia que hay contra Lorca, porescritor subversivo, tener un radio clandestina para contactar con los rusos, homosexualidad, y secretario de Fernando de los Ríos, ex ministro republicano, al que odiaban en Granada.
Luis Rosales consigue un escrito de puesta en libertad firmado por el gobernador militar Antonio González, pero como no quiere entregar a Lorca le dice que ya no está en el gobierno civil, cuando era mentira. No obedece la orden de un superior porque quiere llenarse de gloria y de esa forma aterrizar a la población. Llama a Queipo de Llano a Sevilla, este le dice que le den “café, mucho café”.
La noche del 18 al 19 de agosto se lo llevan en coche a Víznar, guarnición franquista al mando del capitán José María Nestares, guarnición que ocupaban el palacio que fue del arzobispo Moscoso. De allí a “Las Colonias”, donde actualmente le levanta parque dedicadoGarcia Lorca y las víctimas de la represión franquista granadina (unos dos2.000 muertos). Allí le dicen que le van llevar a trabajar en reparación de carreteras, sin embargo, el joven José Jover, encargado de custodiarlo y muy católico, les dice la verdad que le van a fusilar por si quieren confesarse con el cura de Víznar, accede a confesarse , pero como el cura se ha ido: Jover le proponer rezar juntos “Yo pecador”, A Lorca se la ha olvidado este oración y le comentó a Jover, “mi madre me la enseñó, ahora la tengo olvidada”.
Esposado junto al maestro de Puliana,Dióscoro Galindo, y más los banderillero Joaquín Arcollas, y Francisco Galadí, los llevaron cerca de la fuente Ainadamar (nombre árabe) o de la lágrimas o Fuente Grande, encima de Alfacar, y los fusilaron bajo un olivo. Uno de los miserables asesinos que quedó con el paquete de tabaco rubio Lucky que llevaba en un bolsillo de la chaqueta. Parece ser, y solo es una especulación, lo he oído en un documental, que unos días después la fosa fue abierta y se llevaron el cuerpo de Federico.
Los asesinos materiales fueron Ramón Ruiz Alonso, Juan Luis Trescantos y los hermanos Roldán Quesada, fusilaron a los cuadro con la luces del coche. Después de los primeros disparo, Lorca gritó, “¡todavía estoy vivo!”, y le dieron dos tiros de gracia, uno de los asesinos alardeó, “le di dos tiros en el culo por maricón”. Lorca quedó como autor maldito durante el franquismo, no se podía hablar de él. No será hasta 1949, cuando el hispanista Gerald Brenan empieza investigar la muerta de Lorca, en su libro “La faz de España”, publicado primero en inglés. Si algún vecino de Víznar hablada alguien le desterraban del pueblo. Lo de los fusilamiento era un tema tabú. Si no es por Brenan y otros escritores extranjeros como Ian Gibson no sabríamos nada de Lorca. Franco en una entrevista concedida para un diario de México en 1937, dijo que lo de Lorca había sido “una accidente de guerra”. Luego cuando conmutó a Miguel Hernández, la pena de muerte por la de treinta años y un día, comentó “no quiero otro Lorca”.
Bueno, Consuelo, has estado en Fuente Vaqueros, ¿cuéntanos, cómo te ha ido”…
Toda obra de arte tiene un destino, una meta, pues a la poesía le sucede lo mismo, tiene una misión la de llegar al lector, para que a través de su lectura la haga propia acompañada por la evocación de sugerencias y sentimientos que el poeta pone en sus versos. Por ello, en las conferencias siempre comento que la poesía no es simplemente Literatura, sino que son emociones puestas en verso que han de llegar a todas las habitaciones del corazón de las personas.
La lectura de Luces y sombras compuesto por 148 poemas me sugieren planteamientos de una gran polémica sobre la poesía en nuestro tiempo: si el poema nace de la experiencia o es una creación de la palabra, pues bien, en el caso de Pedro Piqueras es la experiencia, a mi entender,la que pone voz a unos sentimientos de un hombre de carne y hueso, y alma de poeta. Como la poesía es comunicación, no caben dudas de que ejerce una gran función expresiva y comunicativa, Pedro tiene su estilo propio y peculiar, lo cual le hace ser un poeta diferente al que hay que estar muy atento a su lectura. Su primer libre se titulabaPoesías de la Vida compuesto de 150 poemas, lo que le da a este consumado poeta un bagaje importante en su haber lírico.
Siempre he comentado que la poesía es un punto de vista, un ver las cosas según las propia visión del mundo, y es lo que a los lectores nos interesa, conocer ese punto de vista íntimo del poeta. La sinceridad y el compromiso de decir lo que uno siente en su interior más hondo, o denunciar lo que uno ve o no ve bien desde su formación y vivencias, son elementos esenciales de la poesía, una poesía cuya columna vertebral es la experiencia del poeta y el concepto del punto de vista con que él percibe el mundo. Como dijo nuestro universal poeta Miguel Hernández“nos hace poetas la vida”. El amor y el desamor, la ilusión y los anhelos son siempre una herida abierta a la poesía con infinitos recursos a su disposición del poeta.
Pedro Piqueras acude con frecuencia a la familia, otras veces a los recuerdos, a laamistad o a las circunstancias de la sociedad en la que vive. Uno no puede dar amor sino se quiere primero a sí mismo, aunque esto parezca una egolatría, un narcisismo necesario ycasi doloroso, porque la poesía es espejo de nuestros sentimientos y de nuestra razón; ya que el proceso creador es siempre misterioso y casi místico, somos “pararrayos de lo divino” como dijera el gran Rubén Darío.
Los títulos de cada poema son una sinopsis del contenido de los mismos. Ha preferido dividir los poemas, en su mayoría cuartetos de seis o siete estrofas, con acertadas rimas en un orden muy geométrico, estéticamente hablando.He encontrado algunos hallazgos que quiero destacar como “de fuego encendido que anula la razón” (verso 24, del poema “Conflictos de la vida”), también “Hambre de caricias tiene el corazón” (v. 2 de “Mi sueño”), o en “viajar a la vida antes de partir ( v.8, del poema “Los amigos”), o “Camino en la vida entre la niebla/ y parece que vivo de prestado” (vv 1-2, del poemas “Sin compañía”). Hay más pero es mejor el lector los vaya descubriendo por sí mismo.
Pero el oficio de poeta es un oficio complejo, a veces nos dejamos llevar por los primeros impulsos que se nos vienen a la cabeza y así los recitamos o leemos, cuando en realidad no es así, debe ser sometido al proceso de maduración, fermentación, trasvase y etiquetado como un buen vino de la vida. Considero que la poesía es un retorcer de las palabras que como un racimo de uvas exprimimos hasta sacarles todo el mosto de su interior. Pues de igual modo un poema es como un racimo de uvas que a través de figuras del lenguaje vamos prensando su sustancia tras la lectura hasta extraer su contenido, aunque, a veces, se nos queda, algo tan propio e íntimo del auto que no comprendemos en su total alcance.
Pedro Piqueras es un poeta de la experiencia que nos trae en este libro unos racimos de uvas, de buenos versos, abanico de diversos temas universales que nos hacen pensar y sentir, y que él nos muestra desde su punto de vista, que es lo que a los lectores nos interesa: su punto de ver el mundo. Y llegamos a decir: esto mismo me pasa a mí, pero me lo dice mejor que yo lo diría.
En realidad todo poeta como creador o receptor de una revelación lo que desea es comunicar sus sentimientos, oír su corazón, transmitir el mensaje de sus emociones, más que creaciones; compartir experiencia y buscar la aprobación de los demás, pero en un arte contemporáneo, del “desarraigo” del que hablara Dámaso Alonso, esta aprobación debe situarse en el plano de la distancia, porque el resultado de su creación es la técnica y no el mensaje del halo de la musas.
Porque se sentirá en el plano del artista puro, no del “arte por el arte” sino del arte conseguido por el conocimiento o de haber aprendido (aprenderse) la técnica a través de su inteligencia en lo que llamaría “poesía inteligente”. Porque la poesía ha sido desposeída de sus secretos, de sus misterios, de su halo divinizado para ser humanizada y accesible; o sea, que lo esencia no es la forma del poema sino el sentido, el mensaje que cala en el alma del lector como un “saeta de esperanza” como dijera Gerardo Diego.
Para terminar, creo que este poemario es una herramienta más que el lector dispone para pensar y ahondar en un mundo propio, cierto y real, pues pienso que Pedro Piqueras ha hecho un gran trabajo de despojarse de prejuicios, tópicos y otros elementos ornamentales para mostrarnosa un hombre sincero, transparente y espontáneo. Os recomiendo el disfrute de su lectura.
Debo empezar diciendo que anteriormente he presentado dos libros de poemas de Consuelo Franco Gútiez: Dolor de un alma blanca y Biografía lírica de una libertad cautiva, libros que han tenido gran éxito, y son reconocidos por los especialistas. Quizás estos aciertos le han llevado a Consuelo a escribir y publicar seguidamente, sin pausa Lorca. Biografía lírica de un mártir.Ahora, nuevamente, me honro en acompañar a Consuelo desde el rincón de este prólogo, con este nuevo libro que es una biografía versada o una memoria vital sobre el autor del Romancero Gitano.
En mis presentaciones anteriores ya dije de Consuelo que era una poeta de inspiración y sentimientos, para quien no la conozca, diré que es una consumada poeta lírica comprometida con la poesía de la experiencia, que dice lo que piensa y tiene el valor del compromiso y la fidelidad a sus ideas. Además es una magnífica y emotiva rapsoda que sabe muy bien llegar al público con su voz y sus entonaciones. Como todo poeta, posee unmundo interior propio, un territorio garcilasiano y hernandiano a la vez, que le hace sentirse segura, y quien se siente seguro y tiene amor propio es capaz de dar lo mejor se sí a través de sus pasiones líricas. Ella aporta a la poesía un valor novedoso como son las “biografías versadas”, ardua labor, a través de un lenguaje sin retruécanos ni enredos, es decir, sin oscuridades tan de modahoy en día en los poetas contemporáneos.Consuelo posee un lenguaje realista, transparente, potenteque nos comunica su vitalidad interior a través de sus símbolos: pasión, amor y vida.
El año pasado se cumplieron los 70 años del inicio de la guerra civil y del asesinato de Federico Garcia Lorca en la madrugada del 19 de agosto de 1936 en el barranco de Víznar (Granada), junto a otros granadinos más, por ello en ese lugar de tragedia hay un monolito que dice «Lorca somos todos». Con motivo de esta efeméride y en lo que a mí me tocaba como coordinador de la revista PERITO (Literario-Artístico), que dirige Rosario Salinas, propusimos componer un monográfico sobre Lorca, el número 9, un número emblemático y de referencia lorquiana.Recuerdo que teníamosque coordinar los temas de las colaboraciones y contar, ineludiblemente, con Consuelo Franco, que acababa de publicar su Biografía lírica de una libertad cautiva,biografía versada sobre Miguel Hernández, y le pedimos que compusiera algún poema sobre García Lorca, e inmediatamente, como inspirada por un duende mágico ejercitado en el poema trágico, nos mandó el poema titulado «Canto versado al poeta Federico García Lorca», que fue como el detonante de este libro que tengo el placer de prologar. El poema tuvo gran éxito entre nuestros lectores. Cuya estrofa final nos recuerdan imágenes lorquianas:
¡Lorca, Lorca, compañero!
Las guitarras de Granada
rasgan gimiendo su duelo.
Toda obra de arte tiene un destino, si la obra no llega a culminar esa meta final,la obra quedaría coja, en el caso de los poemas la meta es el lector, un lector sensible,ávido de sentimientos que los haga propios. Los versos en los folios son el latir del corazón del poeta más que palabras, porque las palabras como indica su etimología griega es comparar, y la poesía no es comparar, sino emocionar, sugerir, estimular, sentir. Algunas veces he comentado que la poesía no es literatura, sino sentimientos, por ello, grandes escritores no llegan a ser grandes poetas, porque sus versos no llegan al destino final.En los versos de Consuelo: néctar de sentimientos, rotundos, quedan limpios de toda falacia en un fluir del río de las emociones, como tenemos la suerte de comprobar en este libro logradísimo, que culmina un camino: llegar al lector sensible y receptivo a las distintas etapas de la vida deluniversal poeta de Fuente Vaqueros.
Este libro Lorca. Biografía lírica de un mártir, que tengo el placer de presentar es un homenaje al poeta granadino que llega al lector a través de varios bloques temáticos organizados cronológicamente de la vida del dramaturgo y poeta. Compuesto en su mayoría por octosílabos, métrica en la que se desenvuelve muy bien Consuelo, a veces, con son coplas, romances, redondillas o cuartetas dedicadas al autor de Romancero Gitano, es en realidad un recorrido por los momentos vitales de laobra y tragedia de este malogrado poeta y dramaturgo que nos arrancaron de la esperanza cuando contaba tan sólo 38 años de edad. Un recorrido fugaz que como las gotas de un perfume de jazmines gitanos, y que como Consuelo sabe expresar, nos irá llevando por los sentidos al son de los latidos del corazón del poeta, como veremos en esta estrofa:
Un 19de agoto de 1936
calorífico de otra era,
al astro ardiente inclinó
los rayos sobre una tierra.
En esta estrofa que percibimosuna personificación del astro rey que se inclina sobre la tierra para ver morir al Federico, para rematarlo con las entrañas de un planeta/ moribundas se quedaron con un grito de tristeza. En estos dos versos consigue una metáfora sublime e impactante, de cómo hasta «las entrañas de un planeta» (no sabemos cual), agonizan de tristeza ante el asesinato premeditado y odioso de Federico.
Nos hace un recorrido desde su nacimiento en Fuente Vaqueros, «perla bella», comollama Consuelo a este pueblo en la vega de Granada, un 5 de junio de 1898. Hijo de doña Vicenta LorcaRomero, maestra, y de don Federico García Rodríguez, hacendado agricultor, era el mayor de cuatro hermanos. Verso a verso, Consuelo Franco nos lleva por la infancia y juventud, por la Residencia de Estudiantes (1919-1928) donde no falta su amistad con Buñuel y Dalí, además de que tuvo muchas otras amistades, había conocido a Antonio Machado en Baeza, y a Juan Ramón Jiménez, a Maruja Mallo. Y su amistad más cercana con Falla y Luis Rosales, a quien injustamente se le acusó de delator cuando Lorca se encontraba refugiado en su casa de Granada. Su paso por Nueva York y Cuba, por Buenos Aires donde conoció a Pablo Neruda en una representación de Bodas de Sangre.
Consuelo también nos recuerda, con sus rotundos poemas, que García Lorca estuvo en Alicante con el teatro universitario de la «La Barraca», los últimos días del año 1932, y nos muestra la fotografía que tiene con el pintor Gastón Castelló en las playas del Postiguet (Sobre este viaje a Alicante podemos ver el completo artículo de Gaspar Peral Baeza en PERITO núm. 9).
Consuelo no se olvida de Bodas de Sangre, obra inspirada en los sucesos de Níjar (Almería), que representaría la compañía de Lola Membrives, ni de Yerma que representó la compañía de Margarita Xirgu. Tampoco de la trágica muerte del torero sevillano Ignacio Sánchez Mejías, cogido de muerte por un toro de Ayala llamado Granadino el 11 de agosto de 1934 en la plaza de Manzanares. Para acabar con el dolorido sentir de su fusilamiento en el llorado Barranco de Vínzar.
Encontramos en el libro numerosas ilustraciones que de alguna forma son de agradecer, porque nos presenta una colección de imágenes escogidas que nos hacen emocionarnos y sentir el paso del tiempo, como diría Miguel Hernández Algún día/ se pondrá el tiempo amarillo/ sobre mi fotografía.
Métricamente, la mayoría de estas composiciones son octosílabos, algunos con formas de coplas con esta elección consigue el efecto deseado: rotundidaz y precisión.
Son diecisiete poemas, que se agrupan a su vez por épocas según los lugares donde vivió o residió el poeta y dramaturgo. Destaca en este libro las fechas trascendentales de la vida de Federico desde su nacimiento hasta su muerte. La autora posee una gran capacidad al resumir una complicada vida en un libro de poemas, sin olvidarse de los momentos vitales para cantarle al poeta y a la vez divulgar y difundir su universal figura para las generaciones venideras, lo cual es ya elogiable propósito.
Esta biografía en verso ha salido del alma, hija de su talento poético, que sin duda alguna es digno de ser leída y será sentida por los lorquianos de corazón, porque nada aquí enturbia su figura ni su memoria de la que tantos despropósitos se han escrito. Debemos tener en cuenta que todo el poemario esde un alto lirismo, puro, como un alma blanca, fiel reflejo de los que ella es: una estrella brillante de la poesía.
Ramón Fernández “Palmeral”
Director de la revista PERITO (Literario-Artístico)
y se convierta en juicioso instrumento entre árboles
como “profanadores de címbalos sagrados”
que me den olas cerca de este mar de Ulises.
Casi agotada las estancias,
que antes eran sombras,
fueron: ¡Oh tú maldito olvido!
entre los grietas de mis anhelos destrozados,
derramados de mar,espanto de tu fe,
no soy capaz de enderezar una solo idea
sin tu compañía diaria de aluminio.
Abre tu aliento con palabras escritas
en este mes de marzo guerrero enquistado:
tras el cristal que llora
tras el cristal que se dobla:
la ácida envidia malquerida me impide
tener palomas ligeras entre el nido de la ideas…
entre el útero bajo la sombra transparente.
El pábilo de la lámpara como la oscuridad
con una hebra de luz espléndida
por sí misma,
en mares despoblados de posidonia y algas
cuyos colores huelen a casas despobladas.
Se ve llegar la primavera con nuevos mástiles:
ebrios del viento entre gaviotas
como si la sal tomara cuerpo de guerrero troyano,
de senos endurecidos por la maldad.
Golpearé este papiro hasta que grite
y me suplique de rodillas sublimes que
–una vez más–
le escriba la epopeya de los que perdieron
todas las batallas que el amor de centauros
esperando sentados en la única roca del cosmos.
Golpearé mis nudillos llenos de rabia
porque tu coroza de mujer duracomo un
sótano de plomo me perdone,
y yo
como mi yo, sin mi yo
destronado pudiera ver con
-tus ojos-
la luz iluminada de mis errores.
Dejaré de besar tus pies lunados
sin sembrar yo mi semilla, semilla, semilla,
mil veces arrepentida
de los paisajes sin horizontes…
y la flecha de la acacias de tu piel
perforándome en la lluvia.
Me sé el lenguaje de las tormentas
el color invisible de tu llanto
el sabor de la música silenciosa
la sombra en el acto percibida.
2.- LÁGRIMAS EBRIAS DE MELANCOLÍA
Hay lágrimas que escapan de tu pena
Hay lágrimas que escapan de tu dolor
Hay lágrimas que escapan de tu llanto
Hay lágrimas como olas de espumas
Hay penas profundas como si tuvieran
un cuerpo y dos ojos con
unas alas para caminar
Hay penas que nunca terminan de tejer
su encaje de disgusto y lacerías
La vida se agota como las pilas
cuando la Parca asoma su cuello de jirafa
Veneno frío casi caliente llega a tu alma
ebria de melancolía como silbando
cuando la aurora deja su rastro de música
Las venas de tu cabeza se calientan
como una silla sobre tus pena sin límite
que esperan el amor de las tristes
agujas del consuelo largas cuales
rayos de sol en rodillas
Antes de que amanezca los muertos
no se quedan quietos y tocan la luz
de tus lágrimas que todas ya se han ido
Tienes dolor abisal en las profundidades
de ti misma sin localizar su nido de llanto
ya secas cuales bandera inmóviles
Tú sufres cuando gritan los cristales
de la noche eterna, pues rojo es el color
del viento
de ese viento de color miserable
por el que las lágrimas caminan de rodillas
a un ritmo de tristeza y un parpadear
de ojos que ya no te miran
Y si te quedara una lágrima más
evadida de la cárcel de tu corazón roto
cuando la olas del cielo se alinearan con la orilla
tu llanto ¡todo! será una herida para siempre
3.- LA FURIA
La furia –dentro de mí- se fue en tus ojos
en la rabia del perro del día
y
más como telesillas sin nieve
se va mi corazón como una telecabina
-tras de ti: lavandera del amor-
igual que la nieve de la curva de los montes
y
ahora ¿qué nos queda?
sino ese instante de fuego con nubes vacías.
Sedimentos del día
en el fondo de la noche de tiburones
que persiguen mis sueños
-únicamente mis sueños-
esos traidores momentos del subconsciente
que son cosmos ardiendo en el
sabor del chiquero que escupe volcanes.
Y en el cielo se refleja el río
de la lava helada de recuerdos
que como una vieja llave se fue
a las entrañas de tu corazón.
A las entraña de los sesos.
A las ricas rías gallegas.
de senos como vacas para ordeñar
tu silencio y tus desprecios: amor
Amor que subrayado está
en la zona de la miel de otro
hombre con cara cubista
montes y casas deformadas:
Si sabes que te quiero por qué abusas
de mí como si yo fuera el último de la fila…
Tu boca se ha convertido no ya como:
– “espadas como labios”–
sino como labios de cepos para cazar lobos
en la noche: esperanzas en la deriva.
Tus manos lanzan órdenes como armas,
tu palabras saltan, saltan y saltan…
piñas verdes me lanzas con furia
entre agujas caigas de las gárgolas
de los tempos fenicios.
Únicamente, furia de mujer, plata siempre
encendida navegando en la argenta nave, luna.
4.-TU CUERPO ENCARCELADO
A Miguel Hernández en 75º aniversario de su muerte
Tu cuerpo anilladocomo el de un cimbel –palomo- cual señuelo a una vara, canta la canción del soldado miliciano:
en las trincheras que ocultan los racimos de la enfadadas balas calientes,
o caso
eres un joven que la atrajo con su urgente mirada tu perito en lunas.
Eres clamor de un lamento
en la ausencia de un grito que es como un derecho entre las puertas apretadas
de cerrojos de oro, la uñas apretadas entrelas manos que no pueden escribir cartas a Josefina, tu musa en el paraíso de la miseria contenida de Cox.
Estás en el frío de la otra orilla
de la Nada, con una sentencia a muerte injusta como injusto es el grito de los mulos cuando
los capan: sangre convertida en la sombra salían de un destino: poeta de la vida, de la muerte y del amor.
Y como un fuego radioactivo del cosmos:
la luz del día atormentado entra por el tragaluz como si fuera la matriz brillante de una ceniza caliente: furia.
Pides agua cuando la sed se ha convertido ya en la estéril majestad de una derrota extensa.
Y tú Miguel, una vez más convertido
en inagotable rayo que construye una alegría de la pena en blanco iris–insoportable llanto–
convierte las duras piedras de los patios
encarcelado, en una senda donde habita la esperanza de nuestra liberación.
Y el cielo se va cegando, cegando, cegando,
“lunipoeta” de Orihuela, bajo el palmeral
y los conejos blancos empieza a volar
entre los mirtos amarillo del desenlace se ahoga.
Desde la enfermería
desde la herida
Barbero
sangrador
muerto
de rodillas.
5.- DORADA INGRAVIDEZ DEL TIEMPO
A Manuel Molina en el I centenario de su nacimiento
Como “Hombres a la deriva” de un sueño imposible
de un navío que navegara lleno de las piedras,
de un navío cargado de esperanzas
con mástiles de versos vuelan como las hachas
veloces que los pinos derriban.
Tu amigo Miguel -guadaña 1942-
hacia las ocho orillas brillantes de las cuevas
donde habitan la almas de los ruiseñores
que cantaron sobre sus fusiles azules.
En un charco dormido como un sueño leve
siguen escribiendo las y canciones
que
se revuelcan en la tierra deshecha en surcos
dominados por un arado de plata hiriente
sin “espadas como labios” de tu amigo epistolar
Aleixandre, que se fue tras la sombra transparente
para dormir bajo el cetro de cal y piedra viva.
Tu centenario no parece desprenderse
de las alas marchitas. Los relojes se ajustan
a sus horas, minutos y segundo,
Caminas ligero entre el palmeral oriolano
con fiebre de los besos que son rojos
como Domingos de Pasión
bajo:
“El viento una llama enamorada”
que hasta el farragoso silencio del martirio
huyencomo una libre loca
que se refugia en tu herida de poeta grande.
Y tú Manolorecordarás al poeta enjaulado tras las rejas
–la de la pantera Rilkeana–
que la mirada torturada, apretado el corazón que galopa
en el anhelo por ser poeta del pueblo.
Dolor sonoro de las olas en el estío
del este mar de Ulises que nos ahoga entre las boyas
que flotan de un puerto amigo salvajemente
olvidado en una bahía de Leuka.
Compras un salvoconducto de un argonauta
para el fin del mundo entre los sargazos y los atunes
dibujados en una crátera griega.
“Me sé todo el lenguaje de los ángeles” hablo contigo
entre
enturbiadostracios y troyanos personaje:
de la tierra era en el surco de la vida.
camina sin descanso a hacia los 100 años,
con magnolios temblando en el agua fría.
6.-BESOS Y LIRIOS
A mi mujer Julia Hidalgo
Los lirios declaman su luz sobre la noche ausente en la arcilla de los seres
que se han fundido, que habitan en los clemencia
de nuestra locura amorosa.
Hermosa eres como líquido almibarado de tus besos que se cuelgan desauces en sauces en un jardín del paraíso primitivo,y
como acogedoras manos con la temperatura
de la sangre amable me miras.
Se alejaron los navíos y las galeras a remo enardecidas por los mares del Ponto, de pétalos salados en corales blancos en la punta adormecida
del Cabo de Santa Pola flotante bajo un cielo cubierto de címbalos y lirios.
¿Sabes tú que eres?
serás siempre mi danzarina sevillana:
de los sueños que tomaron el camino de aquellas palmeras que se convirtieron en vigilantes inmóvilesde nuestro aposento como protectoras águilas vegetales de los ogros,
que locas, de su vuelo sacuden a las parejas en un momentáneo olvido del universo vengativo cuando les robaron algunas viejas estrellas.
Tras la puerta sin discordia en el hogar, el pan siempre a cobijo, reluce
como la sonrisade un niño, de una niña.
El sol bajo la lluvia construye un nido
de arco iris dobles o triples, mientras la
nube vengativa pone un Whasaps urgentes
al rayo para que no hiera
los bronces forjados de nuestros amores.
7.- GENIOS LATENTE EN LA HERIDA: LLUVIA
Aladas rosas con plumas de besos,
sustantivadas en la cúpula palpitante de la dicha,
batiente como seno distantes…
todo era azul en mi juventud anidada
en la cálida hornacina interior del yo mismo.
Se fueron los años como genios latentes en la herida
plumaje o hueco sin luces en los hombros,
como la piel prominente que los tiñe de rojos
del sol cuando expira.
Las florestas de los jardines colgantes
se fueron de rodillas.
Llegaron, densamente culpados de una savia
con la temperatura de la muchacha desnuda
en la tierra optimista para el cultivo
de mi semilla, pujante, dura cual acero.
¿Acaso habitaba un misterio en mí?
¿Acaso habitaba un Apolo en mi reino?
¿Acaso eran placeres misteriosos?
Tus labios rojos quemaban como ascuas encendidas,
todo tu cáliz de mujer se me abrió caliente
sagradamente distante, inalcanzable, suspendido
mientras la gran rosa, piedra o flor: respira y
se acumula sobre montañas despiertas
sobre toda el agua derramada del mar,
cálidas como cuerpos sudorosos de gozar las auroras.
La espuma volcó su lava de lirios en huida,
con la precipitación de la fuerza vital contenida.
Tú te reías con un gesto fresco del rocío:
atravesada laguna de la noche.
Nosotros sueños realizables de la vida: lluvia
presentinos el primer despertad de la pubertad: lluvia
como cubiertos bellas ninfas alocadas: lluvia.
Un muchacho
solo, cansado,
mientras la joven huía lozana por la arena
que cubre el mar cerca del malecón,
penetrando en el mar inundado
hacia las estrellas en el horizonte: lluvia.
Consumado el amor, la gran playa se abanicó
con rosas que parecían nardos sobre conchas de nácar;
sentí una vibración rozándome las alas
de este ángel al que pertenezco de virginal lluvia.
Ahora pecador cándido seré castigado y expulsado
del mágico lugar, espacio celestial, nubes redomadas
sin que mis ojos húmedos sean perdonados
y mi pelo rubio de querubín cortado
y puesto otra vez en la hornacina exterior de
la concatedral de San Nicolás de Bari.
El frío de la angustia deshizo mis cabellos
de piedra esculpida como un Banuls irritado
tan tuyo, tan nuestro, tan ciego astro cegador
desde los siglos imperdonables
desde mi mano pecadora
manejando el espejo
del que soy, eso…
un ángel de piedra enmudecido.
8.- ¿HACE FALTA LA LLUVIA?
Primavera, deberías llover
cuando el cielo promete descender con su beso,
para caer en las aceras, solo en la aceras,
no en la calles de nombres coyunturales,
caer hasta que el aire se haga musgo en los pechos
de las doncellas de bocas entreabiertas
bocas sensuales mordiendo manzana azules.
¿Acaso hace falta la lluvia de aguas frías?
¿Acaso hace falta la lluvia cuan te llamas Matilde?
Me llaman abril por no decirme mayo
de hojas limpias como cubiertos de hoteles
en la Costa Blanca.
Pero soy optimista con el gallo: amanecer
Habrán cerrado las nubes incómodas sus senos
de siempre, siempre, siempre.
¿Hace falta la lluvia cuando el torrente
no puede más con la tortura del agua
y se llevó a un coche con la familia dentro?
Siempre llueve
en domingo o en calles conpalmeras,
solamente con palmeras…
como árboles ultrajados en su longitud un río de cabellos mojados entre criaturas, el gemido se ocultó tras la luz de una espuma los frutos enmudecidos esperan agónicos en las ramblas amargas del eterno invierno la carne se hacen versos alejandrinos,
quizás sea el eterno de lo divino me oculto bajo las heridas cicatrizadas...
¿De verdad que hace falta la lluvia?
¿De verdad que hace falta elogiar a la gente?
¿De verdad crees que es necesario llegar a la hora en punto?
Una joven noruega aparece misteriosamente ahogada en el embalse del Amadorio de Villajoyosa de Alicante, la Guardia Civil, cierra la investigación como un supuesto suicidio por ahogamiento. Meses después el padre de la víctima residente en Benidorm encarga una investigación privada al bufete de abogados Ridruejo & Brother de Alicante. El bufete tenía contratado como investigador autónomo a unex picoleto (Guardia Civil por el tricornio de tres picos), que había sido expulsado del Cuerpo, tras cumplir condena en un penal militar por agresión a un superior, y padecer el “Síndrome del Norte”, por ello, se había vuelto medio alcohólico y porrero, separado de su mujer y no muy agraciado físicamente y estaba en tratamiento psiquiátrico. Lo que podíamos llamar un antihéroe, conocido en el mundo de hampa alicantino como Harry, el expicoleto, pero su olfato policial era digno del mejor de los detectives privados profesionales.
La trama transcurre en Alicante, La Vila, Benidorm, Orcheta y Londres; donde se verán implicados una serie de personajes de lo más diversos tipos y condición. En una novela de las llamadas negras, thriler o policiaca, no puede faltar la mujer, que en La mujer del Amadorio, es Claudia, una abogada del turno de oficio, que será la pareja sentimental de Harry, la que aporta la parte técnico legal del caso.
Ramón Fernández Palmeral, Piedrabuena 1947, es un reconocido escritor y novelista, autor de El cazador del arco iris (narrativa), El héroe de Nador, una guerra africana; El rey de los moriscos, novela historia ambientada en el siglo XVI; y del libro de relatos Perito en Pecados. Autopublicada en la prestigiosa editorial de Amazon/Lulu (USA), con venta de libros bajo demanda online.
Una novela de cine, o de película. Ideal para un guión director español. Contacto: ramramon.palmeral@gmail.com
29 de junio 18h a 20h Firma de libros en Espai Llegim
PABLO RIVERO
30 de junio 19h a 21h Firma en Caseta Central de la Feria del Libro.
PAZ CASTELLÓ
30 de junio 19h Firma su obra en Caseta del Gremio de Libreros
JOSÉ LUIS FERRIS
29 de junio. Firma de ejemplares deMiguel Hernández: pasiones, cárcel y muerte de un poetayPalabras contra el olvido: vida y obra de María Teresa León. Hora: 19:30h Espai Llegim
1 de julio Yo nací en mala luna. Homenaje a Miguel Hernández. Recital a Cargo de José Luis Rico, Maite Puerto, Txus Amat y José Luis Ferris. Lugar: Espai Llegim Hora: 19:00h 1 de julio 20:30h Miguel Hernández para niños. Cuentacuentos. Espai Mini 9 de julio. 19h Recital El Sabor de las Palabras. Espai Mini
NACH
30 de junio 19h Recital en Aula Cam (Paseo de Gadea) Entrada 7€ 20:30 Firma de ejemplares Caseta Central https://www.entradasatualcance.com
FRAN J. MARBER
1 y 2 de julio 10:00 a 14:00 Firma en Caseta ECU
VICENTE MAGRO
1 de julio 20h Presentación de su libroTe querré siempre para mí. Espai Llegim
LORENZO SILVA
3 de julio 12h Conferencia en la Sede Universitaria Ciudad de Alicante(aquí no firmará ejemplares). 18:00h a 19:30h Firma en Caseta Central de la Feria del Libro
LUIS LEANTE
5 de julio 19:30h Presentación de Annobón 20:30h Firma de libros en la caseta del Gremio de Libreros 8 de julio Firma en Caseta Central de la Feria del Libro
PABLO AULADELL
5 de julio 20h Firma en la Caseta del Gremio de Libreros
CHRISTIAN GÁLVEZ
7 de julio 18h Conferencia Leonardo da Vinci en Sede Universitaria Ciudad de Alicante (aquí no firmará ejemplares) 19:30h Firma en la Caseta Central de la Feria del Libro de Alicante
ESPIDO FREIRE
7 de julio 19:00h-19:30h Presentación del libroLlamadme Alejandra junto al Diputado de Cultura Don César Augusto Asenio en Espai Llegim 19:30h Firma en la Caseta del IAC Juan Gil Albert
JAVIER CERCAS
7 de julio 19:30-20:30h Presentación de su libroEl monarca de las sombrasen la Sede Universitaria Ciudad de Alicante (aquí no firmará ejemplares) 20:30 Firma de ejemplares en Espai Llegim
PACO ESTEVE
8 de julio 19:00-19:30h Presentación de libro junto al Diputado de Cultura Don César Augusto Asencio en Espai Llegim 19:30-21:30h Firma de ejemplares Caseta IAC Juan Gil Albert
ELOY MORENO
8 de julio Firma de ejemplares 18h a 21h Caseta Fnac
EVA GARCÍA SAENZ DE URTURRI
8 de julio Firma de ejemplares 19:30-21:00 Caseta Casa del Libro
CESAR ORTIZ ALBADALEJO (CESAR POETRY)
9 de julio Firma de ejemplares 19:30h Caseta Fnac
ARKANO
9 de julio Firma de ejemplares 20:30h Espai Llegim
Visita Guiada Casa de Gloria Fuertes (público concertado) ACTIVIDAD INFANTIL Lugar: ESPAI MINI Hora: 10 h
Conferencia “Leonardo da Vinci” de Christian Gálvez DESTACADA Lugar: Sede Ciudad de Alicante. Universitat d’Alacant Hora: 18 h. Las firmas se realizarán en la Feria del Libro de Alicante
Recital del poemarioMarques de Babel a cargo de Alfonso Rodríguez Sapiña Pynchon&Co Lugar: ESPAI LLEGIM Hora: 18 h
Presentación de la editorial Sugoi Ediciones Lugar: Caseta Pynchon&Co Hora: 18 – 20 h
Presentación LibroLlamadme Alejandra de Espido Freire. Presenta Cesar Augusto Diputado de Cultura de la Diputación de Alicante DESTACADA Lugar: Carpa Central Hora: 19 h.
Presentación libroViajando entre dos mundos de Ismael Santiago Rubio Lugar: ESPAI LLEGIM Hora: 19.30 h
Poesía, emoción y juego. Actividad de público familiar realizada por el autor Pedro Villar Sánchez ACTIVIDAD INFANTIL Lugar: ESPAI MINI Hora: 19.30 h
Presentación del libro El Monarca de las Sombras de Javier Cercas DESTACADO Lugar: Sede Ciudad de Alicante. Universitat d’Alacant Hora: 19.30 h. Las firmas se realizarán en la Feria del Libro de Alicante
CARIES. Juan Luis Mira y compañía. Representación Teatral Asociación Provincial de Libreros y Papeleros Lugar: ESPAI LLEGIM Hora: 21.30 h.
Hay un viejo dicho que conoce todo el mundo: Tres días hay en el año que relucen más que el Sol, Jueves Santo, CorpusChristiy el día de la Ascensión.
Por la proximidad de su festividad hoy nos vamos a referir al día del Corpus Christi. Concretamente en Orihuela siempre ha sido un gran día. Yo recuerdo que en mi niñez todo el recorrido de la procesión era escrupulosamente adecentado, las calles se limpiaban de excrementos de las caballerías y del ganado ovino y caprino; los empleados municipales regaban con mangueras mitigando toda la polvareda y comprimiendo el firme de aquellas calles que todavía no habían sido adoquinadas. Unas horas antes de salir la procesión, varias carretas tiradas por bueyes alfombraban con hojarasca y flores todas las vías por donde debía pasar. Las ventanas, miradores y balcones eran engalanados con cobertores y, algunos vecinos, pintaban sus puertas y fachadas para la ocasión.
La bellísima custodia, obra de orfebrería toledana de plata y oro de Juan Antonio Domínguez, afamado platero del siglo XVIII, recorría las calles y plazas de la ciudad escoltada por el cabildo catedralicio, presidido por el obispo de la diócesis. Ayuntamiento en pleno bajo maza, representaciones de instituciones civiles y militares, (Guardia Civil, Caballería de la Remonta, etcétera). La música siempre corría a cargo de la Unión Lírica Orcelitana y de la banda de cornetas y tambores del Oratorio Festivo. Los niños y niñas de primera comunión formaban larguísimas filas. Los seminaristas, que por entonces eran varios centenares, desfilaban entonando cánticos al Santísimo Sacramento.Algunos vecinos, al paso de la carroza eucarística, arrojaban desde sus balcones y miradores pétalos de flores.
Ahora, se están recuperando algunas tradiciones muy antiguas, tales como el grupo de niños interpretando danzas barrocas con cintas, o los altares en algunos puntos determinados del recorrido procesional. El Corpus está resurgiendo con fuerza en nuestra ciudad, algo muy a tener en cuenta ya que la eucaristía es el pilar fundamental donde se sustenta la fe de todos los católicos. La Transubstanciación, misterio por el cual el pan y el vino se convierten en el Cuerpo y la Sangre de Cristo tras pronunciar el sacerdote en la consagración las palabras de Jesús en la última cena: “Tomad y comed todos de él…”; “Tomad y bebed todos de él…”.
En las especies eucarísticas se encuentra, “Cristo mismo, vivo y glorioso, presente de manera verdadera, real y substancial, con su Cuerpo, su Sangre, su alma y su divinidad". (Concilio de Trento, 1545-1563). [][]
Son incontables los santos que han llegado a los altares por su intenso amor y adoración al Santísimo Sacramento: San Pascual Bailón, Santo Domingo Savio, San Juan María Vianney, San Antonio María Claret, Santa María Micaela del SantísimoSacramento,Santa Teresa de Lisieux… Sería la lista interminable.
Ya falta muy poco para que Cristo mismo, vivo y glorioso, pasee por las calles y plazas de Orihuela, y de tantas ciudades españolas. Cantemos la alabanza que escribiera Santo Tomás de Aquino, Pange Lingua, cuya primera estrofa en castellano reza así:
Canta, mi lengua,
el Sacramento glorioso del cuerpo
y de la sangre preciosa
que el Rey de las naciones,
fruto de un vientre generoso,
derramó como rescate del mundo […]
Que disfrutemos de un esplendoroso día del Corpus y, como dice el título de este sencillo trabajo, que El Cuerpo de Cristonos dé la vida eterna.
Nacimos a cuatro meses y cien metros de tiempo y distancia. Sus padres estaban de verde tránsito laboral por Piedrabuena. Eran aquellos tiempos de la paz forzada y ganarse el pan con esfuerzo. Apenas niño abandonó el pueblo para no volver jamás. Digo físicamente, porque jamás se ha ido de la luz de su nacer. Ramón Palmeral, poeta, crítico, divulgador y pintor vive en Alicante, en donde lo conocí y traté brevemente con motivo de una lectura, a la que él se acercó con gentileza. Y difundió. Desde aquel entonces hemos sabido uno del otro con cierta fugacidad, frugalidad. Hasta este año. Es el caso que Ramón (Fernández) Palmeral admiraba y seguía la obra de un paisano común, de Nicolás del Hierro, y ha sido el hecho doloroso del fallecimiento de Nicolás lo que ha acrecentado nuestra relación.
Esta mañana se ha hecho público el fallo del jurado de la quinta edición del galardón José Zorrilla de poesía, que ha recaído sobre el libro Memoria de un mal sueño, tras cuyo seudónimo, La Peña, se escondía el nombre del poeta madrileño, Juan Van-Halen (Torrelodones, 1944). El premio, dotado con 3.000 euros, incluye la publicación de la obra en la editorial Algaida.
La obra del poeta madrileño se ha impuesto sobre los más de 160 trabajos presentados, “de altísima calidad”, según palabras del jurado, presidido por el periodista y académico Luis María Ansón y completado por Jorge del Arco, Fermín Herrero, Luis Alberto de Cuenca, Jesús Fonseca, Carlos Aganzo y Gonzalo Santonja.
Retrato
Van-Halen no es, ni mucho menos, un recién llegado a la poesía. De hecho, entre otras cosas, su faceta literaria destaca por lo prolífico. Comenzó en la poesía recibiendo el accésit del Premio Adonáis y desde entonces, su carrera literaria ha estado jalonada de prestigiosos premios, entre los que destacan el Rafael Alberti, el Tiflos, el Internacional Ciudad de Melilla o el Manuel Machado, entre otros y que le convierten en una de las voces esenciales de la poesía contemporánea española, amen de ser una de la más reconocida.
Además, ha cultivado otros géneros como el ensayo, en el que destaca por sus incursiones en la temática militar e histórica, la narración y el articulismo. Faceta, esta última, que va íntimamente ligada a su primera vocación, el periodismo, que le llevó a recorrer algunos de los puntos calientes del planeta como Vietnam o Pakistán.
Junto con esto, Van-Halen es académico correspondiente de las Reales Academias de la Historia y de la de Bellas Artes de San Fernando. En el año 2002 fue investido doctor honoris-causa por la Universidad de Alcalá, de la que también ostenta su Medalla de Oro, a la que se añaden otras tantas condecoraciones.
Con el Zorrilla, Van-Halen vuelve a ver respaldada su obra y su poética, heredera de la mejor y más clásica tradición lírica española, pero inserta plenamente en su tiempo, preocupándose de él y por él, siendo totalmente en él.
La poesía puede existir sin escritura, y así es como debió de crearse y transmitirse durante la mayor parte de la historia humana. La prosa, que no puede memorizarse con facilidad por carecer de las pautas métricas y rítmicas del verso, está vinculada necesariamente al acto de escribir y al de leer, aunque no se haya desprendido nunca de su origen en la oralidad. Los textos se escribían sin puntuación ni separaciones entre las palabras: solo leyéndolos en voz alta se podía determinar su sentido. Como muy pocas personas sabían leer, las historias escritas llegaban a través de la voz a la mayor parte de quienes tenían algún acceso a ellas. En la venta manchega de Don Quijote, las mujeres de la familia del ventero y los campesinos y los viajeros que se albergan en ella escuchan con una avidez de trance las historias que vienen impresas en los libros y las que se han copiado a mano. La prosa debió de nacer no de los cuentos populares que al fin y al cabo conocía todo el mundo, y que pasaban con naturalidad de unas generaciones a otras, sino de los relatos de los viajeros que regresaban de lugares a los que no había ido nadie más, en mundos de vidas ancladas a la tierra y muy escasos de caminos practicables y seguros. También en Don Quijote hay un ejemplo espléndido de eso en la historia del Cautivo que ha regresado a España después de más de 20 años de aventuras. La prosa es una invención de viajeros: traslada por escrito el acto de contar en voz alta. Leemos a Herodoto y reconocemos a un semejante a pesar de la distancia de 25 siglos que nos separa de él. La prosa es una forma pero sobre todo una actitud, una cierta manera de observar, de contar y de reflexionar. Los hexámetros de las tragedias y de los poemas épicos dan cuenta de las historias fabulosas de los dioses y los héroes. La prosa trata de la realidad terrenal y de los seres humanos. Herodoto cuenta lo que ha visto y lo que otros le han contado, y, aunque no renuncia a los prodigios ni a las explicaciones mitológicas, añade siempre una nota escrupulosa de escepticismo, incluso de racionalidad. Se ocupa de distinguir entre lo que él ha visto y lo que le han contado, y en evaluar la credibilidad de los testimonios que usa.
El oído para la prosa se educa exactamente igual que el oído para la música
Esa voz remota nos llega con una vividez de narración oral: desde su origen, la prosa tiene la música del habla, el ritmo enérgico y a la vez sosegado de una buena caminata, el fluir de la reflexión y el razonamiento y de la asociación de ideas. En la buena prosa hay una cualidad de instrumento óptico: las palabras, cuanto más efectivas, más alcanzan una invisibilidad de pura transparencia. Nacida del habla, la prosa no se apartará demasiado de ella, por muy sofisticada que se vuelva. Cervantes es tan claro y oral en sus periodos de mayor envergadura sintáctica como en los de inmediatez coloquial; en él, la complicación y el adorno suelen ser paródicos. Por muy largas y sinuosas que sean, las frases de Proust siempre son respirables, porque siempre están hechas con una arquitectura rigurosa. Exigen, desde luego, mucha atención: pero es la misma atención que requiere cualquier obra de arte para ser percibida, o la que merece la persona con la que estamos conversando.
La atención se educa y se fortalece, con beneficios inmediatos. El oído para la prosa se educa exactamente igual que el oído para la música. Un músico avezado puede juzgar una composición leyendo en silencio una partitura. Un escritor tiene la oportunidad de juzgar su propio trabajo con un grado necesario de distancia leyéndolo en voz alta, convirtiéndose así en lector desde fuera de sí mismo. Desde el otro lado, el lector participa activamente en la escritura al someterla a su propio escrutinio oral: le da vida poniéndola a prueba. La prosa, como la fotografía, está tan anclada en el mundo real que solo puede apartarse con éxito de él hasta cierto punto, igual que no puede apartarse demasiado de los límites gramaticales del habla común, una ciudadanía igualitaria en la que al escritor se le reconocen muy pocos privilegios. Que el margen de libertad sea estrecho no quiere decir que frustre las facultades expresivas. La libertad de los arquitectos, la de los bailarines y la de los acróbatas también está muy restringida por la ley de la gravedad.
Le doy más vueltas de lo normal estos días a las propiedades de la prosa porque estoy leyendo a Carson McCullers, ahora que Seix Barral vuelve a editar metódicamente en español toda su obra. Para un prosista, Carson McCullers es un modelo de naturalidad y poesía en la escritura, aparte de una invitación inapelable a la humildad. Quien lea El corazón es un cazador solitario teniendo en cuenta que es la primera novela de una chica de provincias de poco más de 20 años encontrará tantas razones para la admiración como para la envidia. Entre nosotros, la prosa que se celebra es la que tiende a la orfebrería, no la que propone un limpio espejo stendhaliano, una lente bien pulida para observar las cosas. Nuestros lujos verbales se convierten con frecuencia en pedrería aparatosa y proliferación churrigueresca en cuanto se les somete a la prueba de la lectura en voz alta. Carson McCullers escribe con tanta fluidez y tanta precisión que uno se olvida con facilidad de que está leyendo literatura; de pronto un breve quiebro poético, un adjetivo bien situado, aunque no chocante, una frase resulta con la brevedad sintética de un haiku, nos vuelven conscientes de la presencia del estilo. El habla de los personajes está hecha con tanta sofisticación que uno cree simplemente escucharla. No hablo ahora de la ambición constructiva, de la furia política, de la agudeza psicológica, de la variedad de los lugares, las vidas, las voces: quiero concentrarme en lo material de la prosa, como si repasara con los dedos la piedra o la madera de la que está hecha una escultura. Carson McCullers enseña que se puede ser poético sin circunloquios ni adornos y coloquial sin vulgaridades expresivas, y comprometido sin sectarismo y sin jerga ideológica. A través de su voz nos llega el espíritu inmemorial de la prosa, su capacidad para invocar mundos que de otro modo no conoceríamos.
Cuando en 1984 entrevisté a Rosa Chacel para Telva, la publicación en la que yo trabajaba, ella era una de las grandes escritoras del exilio. Su regreso, en los años 70, pilló a la vida literaria española un poco descolocada. La novela se centraba todavía en los temas sociales y la obra de Rosa, que giraba en torno a la orteguiana “deshumanización del arte” no era candidata a convertirse en best-seller por aquel entonces. Yo no era una periodista experta en literatura, pero me daba la impresión de que todos aquellos escritores que regresaban del exilio impuesto por la dictadura franquista, volvían a sufrir otro particular desplazamiento a su llegada. Y aunque les arroparon muchos jóvenes literatos y profesores de universidad con su apoyo y amistad, las cosas no siempre eran fáciles para ellos.
Chacel se había visto obligada a abandonar España en 1940 junto a su marido el pintor Timoteo Pérez Rubio y su hijo Carlos. Residió en París, Rio de Janeiro y Buenos Aires y en ningún momento cejó en su creación literaria. Antes de entrevistarla devoré sus dos tomos de diarios, Alcancía Ida y Alcancía Vuelta, editados por Seix Barral (me narró sus enojadísimas discusiones con Pere Gimferrer por las erratas que siempre se colaban en sus libros). En los diarios se transparentaba la malla de su vida, esos avatares que ella denominaba “el cocidito de cada día”. “Mis dificultades siempre han sido económicas. Por suerte nunca me han faltado editores”, me dijo. Chacel mantenía en todo momento una exigencia descarnada frente a su obra y un espíritu crítico indomable. De niña su educación había ido por libre: ”Yo, de pequeña, era muy nerviosa, soñaba mucho y me pasaba el día leyendo. Nunca fui al colegio, así que lo que sabía me lo enseñaron mis padres. Bueno, fui un par de meses a las carmelitas, al lado de casa, en Valladolid, pero el médico me dijo que lo dejara. Así que me quedé en casa, donde mi madre me tomaba la lección a diario y me hacía estudiar. Con ella me inicié en el francés, en música, en todo. Y mi padre me enseñó a dibujar”. Qué tiempos aquellos, en los que a las niñas imaginativas y despiertas los médicos les prescribían permanecer en casa tranquilas. Lo cierto es que la niña de Valladolid, devoradora de libros, en palabras de Clarice Lispector, tenía “en la punta del lápiz, el trazo. En la punta del pié, el salto”. (Cuentos reunidos. Siruela).
Desde que descubrí su novela Barrio de Maravillas (Seix Barral), esta escritora de la Generación del 27 me atrapó sin remedio. Me pareció tan deslumbrante su monólogo interior, ese alegato que enfrenta a la niña protagonista al mundo y a sí misma mientras su madre le lava el pelo con huevo crudo, hace recados en la farmacia o sube y baja de los tranvías del Paseo del Prado. La niña indómitase enreda en disquisiciones sobre los leves chasquidos de su existencia, pero también se deslumbra con la luz que recorre escaleras, muebles, loza, paredes desconchadas. Gracias a este libro rescaté las imágenes borradas de mi primera infancia: la huevería con las cestas de alambre, el ultramarinos de luz aceitosa, la pastelería de grecas pompeyanas y la atmósfera espesa de la lechería con sus tinajas de zinc. Chacel me llevó hacia mi vida párvula en el barrio sevillano de la Alfalfa, fresco y palpitante, y, sobre todo, me descubrió un modo de expresión complejo, donde el tiempo que cuenta es el tiempo interior, al modo de Faulkner o de Joyce. La niña que promete contar a su madre “sólo lo que ella puede entender”, que ve tréboles en los desconchados de la pared junto a su cama, o se lava por las mañanas en una palangana, me redescubría mi infancia y, sobre todo, me regalaba un secreto: el tiempo es maleable, se estira o se encoge según tu mirada resbala sobre las cosas. Y Rosa Chacel era una maga de la mirada.
De niña su educación había ido por libre:”Yo, de pequeña, era muy nerviosa, soñaba mucho y me pasaba el día leyendo. Nunca fui al colegio, así que lo que sabía me lo enseñaron mis padres. Bueno, fui un par de meses a las carmelitas, al lado de casa, en Valladolid, pero el médico me dijo que lo dejara. Así que me quedé en casa, donde mi madre me tomaba la lección a diario y me hacía estudiar. Con ella me inicié en el francés, en música, en todo. Y mi padre me enseñó a dibujar”
A partir de la lectura de esa novela comenzó a fascinarme la figura de esta mujer nacida en Valladolid en 1898, que se trasladó con su familia a Madrid en 1908 donde estudió escultura en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando. Eran años en los que las mujeres no pintaban nada en la vida cultural y política española. Chacel era una chica de provincias inteligente, tenaz y perfeccionista que se instaló en el meollo de la intelectualidad española de la época: la Revista de Occidente, el entorno privilegiado de Ortega y Gasset. Y no estaba sola, también la acompañaba la filósofa María Zambrano.
A finales de los años veinte en la Revista de Occidente se abordó el debate sobre la diferencia y la relación entre los sexos, un asunto que interesaba mucho a la intelectualidad europea. En Alemania también se sumergieron en el asunto dos filósofas, Edith Stein y Hannah Arendt. Stein (conversa al catolicismo, canonizada y nombrada copatrona de Europa por Juan Pablo II) murió en el campo de concentración de Auschwitz y Arendt huyó a Estados Unidos a tiempo. Por cierto, Edith Stein participaba del feminismo esencialista de Max Scheller y Ortega. Y Hannah Arendt, que nunca se consideró feminista, brindó a la causa de las mujeres conceptos básicos como la oposición público/privado. La mujer tendría derecho a acceder desde el ámbito privado al público, aquel en el que existe el derecho a ver y ser visto y a escuchar y ser escuchado (La esfera pública y la privada. Cap.2. en La condición humana, Paidós).
Ortega y otros autores se inclinaban por la existencia de dos «principios» opuestos y complementarios, lo masculino y lo femenino, como fundamentos ontológicos de la diferencia entre hombres y mujeres que determinaría sus respectivas psicologías y su posición y papel en la sociedad. En opinión del filósofo, el oficio de la mujeres es ser «el concreto ideal», «encanto, ilusión», del varón. En este poder «mágico» de ilusión se condensa «la alta misión biológica que a la hembra humana atañe en la historia”. (Estudio sobre el amor, Ortega y Gasset, J., Alianza Editorial).
A pesar de mantener estas ideas, Ortega estableció relaciones de amistad y colaboración con mujeres tan inteligentes como Victoria Ocampo, María de Maeztu, o las mismas Zambrano y Chacel, cuyas obras valoraba y promovía, incluso cuando no estaba conforme con sus contenidos y conclusiones.
Chacel era una chica de provincias inteligente, tenaz y perfeccionista que se instaló en el meollo de la intelectualidad española de la época: la Revista de Occidente, el entorno privilegiado de Ortega y Gasset. Y no estaba sola, también la acompañaba la filósofa María Zambrano.
Pero su idea filosófica de la mujer no beneficiaba la causa de las mujeres: hablaba de hombre y mujer como de esencias metafísicas diferentes o como de dos maneras diversas de estar en el mundo: la del trabajo (hombre) y la del cuidado (mujer). Zambrano y Chacel tal vez no estuvieran en sintonía completa con el maestro, pero tampoco se opusieron. Si en el siglo XXI las mujeres andan con pies de plomo por los ámbitos en los que son minoría, ¿qué sería en aquellos años del siglo XX? (Zambrano, María y Chacel, Rosa. Desenmascarar la complementariedad de los sexos (Debate en la Revista de Occidente).
Cuando Rosa Chacel publicó Alcancía Ida y Alcancía Vuelta, sus diarios de 40 años de su vida, le pedí una entrevista. Sin gabinetes de prensa, ni departamentos de marketing por medio, la llamé directamente a su teléfono fijo desde mi mesa de la redacción, con mi Olivetti gris y un neón sobre mi coronilla.
Doña Rosa residía en un piso del Paseo de la Habana, Madrid. Nada más entrar descubrí el magnífico retrato que le había hecho su marido, ya fallecido, Timoteo Pérez Rubio. Era un barrio muy literario: Dámaso Alonso vivía en un recoleto hotelito de la calle Alberto Alcocer. Por allí también había recalado otra ilustre poetisa exiliada, Ernestina de Champourcin, de la Generación del 27. Chacel tenía ya 86 años y se adaptaba como podía a una España que nada tenía que ver con la que recordaba. Se la veía por el mercado de abastos de Potosí, acompañada por su nuera y cuando entraba a tomar café por la zona, todos la reconocían de la tele. “Soy famosa en el bar y en el mercado”, me comentaba burlona. Era una mujer muy inteligente y algo puntillosa, no me pasaba ni una en mi cuestionario.
“¿Se maquilla o la maquillan?”, me preguntó en la mesa de camilla donde nos refugiamos de una primavera ventosa y fría. “Me maquillo yo misma por las mañanas”, le respondí, mientras conectaba el magnetofón que pesaba medio kilo. “Es que se aplica usted una sombra rosa en el párpado que no le favorece nada, parece un mono, perdone que se lo diga”. Me hizo muchísima gracia su advertencia. Durante todo el tiempo nos acompañó el conserje de la finca, que purgaba radiadores por la casa y el sonido del teléfono, que ella siempre respondía. Le pidió al fotógrafo que le advirtiera antes de cada disparo, para mantener en calma sus facciones. Y reconocía que no estaba muy presentable con aquella bata roja, pero que tenía frío y no había más remedio. Yo también tenía frio y no me hubiera importado adosarme otra bata como la suya, pero me refugié bajo los faldones junto al brasero eléctrico. Hablamos de todo: de sus libros, de su familia, de la ciencia, de la guerra… Aquella anciana, que podía ser mi abuela, había tratado de tú a tú a los grandes intelectuales de la España republicana, misóginos y paternalistas. De alguna manera, con su talento y obstinación, ella había abierto camino a las decenas de miles de mujeres que vendrían después. Eso sí, la palabra feminismo le provocaba urticaria. Había que saberlo.
Cuando Rosa Chacel publicó Alcancía Ida y Alcancía Vuelta, sus diarios de 40 años de su vida, le pedí una entrevista. Sin gabinetes de prensa, ni departamentos de marketing por medio, la llamé directamente a su teléfono fijo desde mi mesa de la redacción, con mi Olivetti gris y un neón sobre mi coronilla.
Hacia el final de la entrevista le pedí su opinión sobre la existencia o no de una literatura femenina. Sabía que odiaba ese concepto, pero me apetecía oírle despotricar un poco. “¡Detesto la agrupación de mujeres en lo intelectual y en literatura! En cosas jurídicas y laborales, está bien. Pero en lo demás, la mujer tiene que meterse y dejarse perder entre los hombres. Después, destaca la que destaca”, y levantó la barbilla ligeramente, con una actitud retadora. ¿Acaso sería yo una feminista de tres al cuarto que quería buscarle las cosquillas? Nada más alejado de la realidad. Yo no era ni feminista, pero me interesaban mucho las mujeres que lograron destacar en un mundo totalmente masculino. Además, había escritoras que sí creían en la existencia de una literatura femenina: desde Virginia Woolf hasta otras como Carmen Martín Gaite o Soledad Puértolas, a las que había entrevistado recientemente. La anciana pero vivaz escritora reparó en mi perplejidad y quiso mostrarse condescendiente: “Mire, no niego que existan discriminaciones contra la mujer, pero a mí no me han tocado. Recuerdo que en aquellos años de la generación del 27 vivíamos la libertad sin hablar de ella. Teníamos el carácter de seres libres. Aunque no le voy a negar que fue una época muy compleja”.
Volví a estar con ella en un almuerzo de escritoras que organizamos en mi revista: desde Ana María Matute hasta Blanca Andreu, un puñado de mujeres con brío volvieron a reencontrarse para hablar de literatura. Y también de la vida, esa malla de la que Rosa hablaba en sus diarios.
– Las novelas más célebres de Rosa Chacel (Barrio de maravillas, Memorias de Leticia Valle, Teresa, Estación. Ida y vuelta, La sinrazón) ha sido reunidas en dos tomos publicados por Biblioteca Castro, bajo la edición de las especialistas Pilar Celma y Carmen Morán. – Recientemente se ha editado un volumen con los escritos ensayísticos de la escritora sobre destacadas figuras del mundo de la literatura, el pensamiento y el arte, bajo el título La lectura es secreto (La linterna sorda Ediciones). – Fotografías: La primera y la tercera nos las ha cedido la autora de este “Pasiones” y pertenecen al archivo de la revista “Telva”. Corresponden a la entrevista que Florinda realizó a Rosa Chacel en 1984 -a la cual hace referencia en este artículo-. La segunda y tercera son fotografías pertenecientes a otros archivos y nos ha sido imposible establecer su autoría.
FIRMAS SUMERGIDAS | FLORINDA SALINAS
Florinda Salinas nació en Sevilla. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Navarra, trabajó durante dos décadas en la revista Telva, de la que fue subdirectora. Posteriormente fue redactora jefe del diario El Mundo y directiva en el grupo ¡Hola! Acaba de publicar el libro “La mujer visible” (Digital Reasons), donde analiza el paso de la mujer en la sombra a la mujer en el mundo. “Siempre me produjo desazón entrar en casa del hombre importante que iba a entrevistar y escuchar los pasos de su mujer alejándose por el pasillo hacia el invisible mundo de lo doméstico”, plantea en su introducción.
.................. En los años 70 Rosa Chacel mantuvo correspondencia con Juan Gil-Albert